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Nostalgia

“Tanta gente querida en un mismo lugar. Un día inolvidable en el Salón de la Fama”

Ronnie Camacho en la inauguración del Salón de la Fama

Me habla a temprana hora Horacio Ibarra, Coordinador de Eventos Especiales. Ronnie Camacho estaba invitado a la inauguración del nuevo Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en Monterrey.

-“Ronnie, tengo una lista especial de invitados a la Ceremonia Inaugural del día Miércoles 20 de febrero del presente año, a las 11 de la mañana. De inmediato enviaremos pasajes y algo de dinero para tu traslado”, me dijo el sr. Ibarra.

-“Bien, Horacio; esperaré”, respondí.

Rumbo a Monterrey

Recibí lo prometido y de inmediato me fui a Hermosillo. Ya en el aeropuerto, checo los boletos por Aeroméxico.

Al abordar la nave, me encuentro con gente importante de beisbol. De los Naranjeros de Hermosillo, el Dr. Arturo León Lerma, su presidente ejecutivo e inmortal del Salón de la Fama; Cornelio García, inmortal, tremendo bateador y hoy brillante coach de bateo del mismo equipo; Víctor Sáiz, el “Cadillo”, famosísimo ex umpire de beisbol y también inmortalizado; Derek Bryant, inmortal, coordinador deportivo de los Naranjeros; René Arturo Rodríguez, presidente de los Yaquis de Obregón. Tanta gente querida de beisbol reunida en el mismo lugar.

Con Víctor Sáiz, el dr. Arturo León Lerma y Cornelio García, en el aeropuerto de Hermosillo

¡Y eso que aún no llegábamos a Monterrey! Lo mejor estaba por venir.

Llegamos a Monterrey a las 12.40 del medio día; una hora con 20 minutos de vuelo directo, con un excelente clima y mucho ambiente beisbolero. Estaban arribando los demás jugadores inmortales por otras aerolíneas desde distintas partes del país. Por supuesto todos muy conocidos lo cual hizo más que interesante la llegada de ellos.

Esperando a Moi Camacho

Me hospedé en el Hotel Fastos y Moi Camacho me llama desde Torreón para decirme que le reservara un cuarto ahí también.

-“Cabezón, llego en la noche; me acompaña mi hijo Eduardo, quien te quiere conocer”, me dijo con la familiaridad de toda la vida.

-“Sale, Moi; ya está listo tu cuarto”, le respondí.

Me senté a tomar café en el restaurant del hotel para esperarlo; llegaron como a las 11 de la noche, pero yo ya me había tomado seis tazas de un delicioso café descafeinado.

Nos pusimos a platicar de todas nuestra aventuras vividas en el beisbol, hasta que finalmente nos venció el sueño y nos retiramos a descansar.

Ronnie Camacho rumbo al Salón de la Fama

Al otro día, muy temprano, mi gran amigo César Tello Rodríguez, cronista de los Sultanes de Monterrey, llegó por nosotros.

Nos dirigíamos a una cita histórica del majestuoso inmueble. Fue construido para dar albergue a las grandes figuras del béisbol, inmortalizadas por su desempeño, esfuerzo y disciplina; pero sobre todo, por su ejemplar vida dentro y fuera del terreno.

Era temprano y ya la gente casi llenaba las 500 sillas colocadas para recibir al Presidente Constitucional de los Estado Unidos Mexicanos, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, quien inauguraría el recinto histórico.

Nos instalaron muy cerca de la mesa del presídium. Me dio mucho gusto saludar a Fernando Valenzuela; al lic. Omar Canizales, presidente de la Liga Mexicana del Pacifico; a Felipe Montemayor, inmortal; al periodista, Lic. Gaspar Gándara; al Ing. José Maíz García, inmortal, y propietario de los Sultanes; al Lic. Gerardo Benavides, presidente de Acereros de Monclova; a mi amigo, Raúl González, ex dirigente de la Conade y multimedallista olímpico.

En fin, tantas y tantas personas involucradas con el beisbol profesional, que hicieron inolvidable mi estancia en ese lugar.

Ronnie Camacho presume sus recuerdos a Mike Brito, Moi Camacho y Felipe Montemayor
Ronnie Camacho presume sus recuerdos a Mike Brito, Moi Camacho y Felipe Montemayor

Antes de que dieran principio las acciones, Moi y yo fuimos a ver las placas alusivas a nuestra membresía en el Salón de la Fama. Por supuesto, nos tiramos algunas fotos en la bella e impresionante “Sala a Perpetuidad”; ahí donde la Flama de la Inmortalidad se encendió para ya no apagarse jamás. Ahí estará velando por todos los que fuimos afortunados en llegar a ese exclusivo lugar.

La pasión del presidente López Obrador por el beisbol

Cuando llegó el señor Presidente de la República, lo hizo rodeado de una gran cantidad de personas, que no lo dejaban llegar a la mesa del presídium.

Las sillas ya se había ocupado y se quedó mucha gente parada. Finalmente dejaron llegar al Lic. López Obrador a la mesa y el maestro de ceremonias, el cronista de los Diablos, Agustín Castillo, inició las presentaciones de rigor.

Cuando fue presentado el C.P. Alfredo Harp Helú, la gente se le entregó total y abiertamente. Fue una larga, nutrida e insistente ovación. Al grado que todos los presentes se pusieron de pie para prolongar la ovación, y hasta el Sr. Presidente se puso de pie, para brindarle un largo aplauso por su esfuerzo para patrocinar la construcción de ese hermoso Salón de la Fama.

El discurso del Lic. López Obrador, fue mas bien, una plática con nosotros. Nos contó de su infancia y de sus inicios como beisbolista aficionado.

Escuchaba muy atento a sus palabras, que eran habladas lentamente. Se veía contento.

-“Nada hay mejor que pegarle a la pelota en el centro”, exclamó el presidente, y arrancó los aplausos.

Hizo mención del esfuerzo que tuvo que hacer Alfredo Harp Helú, para entregar ésta magna obra a la sociedad mexicana. Y entre otras cosas buenas, comentó sobre la próxima apertura del flamante Parque de Beisbol de los Diablos en la Ciudad de México. Abordó también el regreso de Guasave y la inclusión de Monterrey en la Liga Mexicana del Pacífico, donde también Harp Helú ha sido factor importante para realizar este ambicioso proyecto.

-“En la escuela primaria y secundaria de mi pueblo tabasqueño, jugaba al beisbol descalzo, sin camisa, y usábamos pelotas hechizas. Es por eso que llevo este juego en la sangre; siempre ha sido mi pasión. Hoy vengo aquí, a decirle a mi amigo Alfredo Harp Helú, presidente de este hermoso lugar, que tendrá todo mi apoyo. Esto es un jonrón con caja llena”, le expresó López Obrador.

Ya para terminar su plática con la numerosa concurrencia, se “aventó” una anécdota que vivió con el actual gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz.

-“Llegamos al Parque de Béisbol de Mazatlán recién reconstruido que, por cierto, me gustó mucho. Aquello estaba lleno de personas. Al ver toda ésa gente, le digo al gobernador, ‘mira, déjate de cosas y tráeme una gorra y un bat para practicar bateo; este campo está tan bonito que te invita a jugar en él”, nos contó el presidente López Obrador desde el micrófono.

Tanto quiere López Obrador al beisbol, que le indicó al Jefe de su Oficina, Alfonso Romo, que se retire de la equitación, deporte en el que incluso fue atleta olímpico en Atlanta en 1996 y en Sydney 2000.

Con doña Carmen Vázquez, viuda de Héctor Espino, con sus hijos y con Moi Camacho

“Anímate a tomar un bat, y párate en la caja de bateo; deja los caballos en paz”, le dijo el presidente a Alfonso Romo.

De regreso a casa

Se terminó el evento y nos regresamos al hotel. Ahí degustamos una muy sabrosa comida, muy norteña. Después nos quedamos un buen rato comentando lo sucedido en el evento.

Moi se fue a su casa en Torreón y luego a Sacramento, California. Y yo me preparo para abordar el avión de regreso a Hermosillo, para después trasladarme a mi pueblo, Empalme, Sonora.

Esta visita al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano me ha dejado una fuerte impresión. Lo cambiaron totalmente; los escritos en las placas son diferentes y modernizaron todo el sistema.

Ahí adentro se construyeron jaulas de bateo, debidamente acondicionadas para niños, adolescentes y adultos. Existen juegos infantiles, una enorme biblioteca deportiva donde puedes consultar todo lo que desees saber de la historia del Salón de la Fama. e

Es como una gran ciudad deportiva techada a todo lujo con alumbrado de primer orden. El personal que labora está altamente capacitado para atender las necesidades de las personas visitantes. Se nota que estuvieron atendiendo cursos de Relaciones Humanas con una facilidad de palabra y un trato agradable, muy marcado.

Una jornada inolvidable en el Salón de la Fama

Esto fue en síntesis lo que viví en esta inolvidable jornada inaugural. Ahí ha quedado para la historia un episodio más en mi vida beisbolera, quién se lo iba a imaginar que he podido vivir una nueva fase del Salón de la Fama.

Soy inmortal desde 1983. La vida se pasa rápido y no sé si volveré a este lugar. Pero lo cierto es que los días como estos me revitalizan. Me hacen volver a sentirme chamaco. Y con mucho afecto, se los transmito a todos ustedes.

¡Gracias, Monterrey!

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