El domingo 18 de enero de 1976 acompañé a mi papá al Estadio “del Choyal” para ver el segundo juego de la serie semifinal de playoffs entre Hermosillo y Los Mochis.
Recuerdo que le dije al ocupar nuestros lugares en el graderío:
-Papá, ojalá que podamos ver un jonrón de Espino.
Y resultó que nos tocó un día histórico, ese día Espino me dejó verle 3 jonrones.
Yo no sabía en ese momento, pero era ya la tercera vez que sacaba tres para calle en un mismo encuentro, primero con los Sultanes, en Monterrey contra los Diablos Rojos y además con los Naranjeros, en Navojoa, contra los Mayos.
Los 12,000 aficionados que estuvimos en el Estadio, prácticamente nos volvimos locos.
El manager de los Cañeros de Los Mochis, Benjamín “Papelero” Valenzuela declaró: “Paramos a los Naranjeros pero no pudimos parar a Espino”
Cinco días después de esa hazaña de Espino, el Estadio sin nombre de la colonia El Choyal (por Decreto del Gobernador Carrillo Marcor) fue nombrado Estadio Héctor Espino.
Y como dato curioso a partir de entonces, y por varios años, en el libro de Ripley “Aunque usted no lo crea” se hizo mención que solo existía un estadio en todo el mundo que llevaba el nombre de un jugador activo, eso ocurría en Hermosillo, México donde el equipo de béisbol Naranjeros y su primera base Héctor Espino jugaban en el Estadio Héctor Espino.
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