Cornelio García

Ecos de los cinco mejores mexicanos de la historia en el jardín izquierdo

Ser considerado uno de los mejores jardineros izquierdos de la historia del béisbol mexicano sorprendió a un modesto Cornelio García. La votación a su favor lo colocó como el segundo mejor de la historia, empatado con Alonso Téllez y sólo después de Andrés Mora.

Antes de pasar a sus comentarios, recordamos algo de sus números. Bateó 3,106 hits, en la LMB 2,095 (.348) y en la LMP 1,011 (.288). En 2013 ingresó al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano. Jugó el jardín izquierdo y la primera base y actualmente es coach de los Naranjeros de Hermosillo, quienes contaron con Cornelio por 20 años de militancia y tienen retirado su número 23.

Confinado en su hogar, pudimos platicar sin apuros, tranquilos, de su carrera, de sus experiencias y de los compañeros de profesión que conoció y califica como excepcionales en el béisbol.

“Nací en 1975, en Ensenada. Mis primeros pasos en el béisbol fueron en el equipo de Amado Peralta, en las infantiles. Estuve en Pastejé en 1983, me asignaron a Yucatán y fui traspasado a Medias Blancas de Chicago. Mis primeros pasos en el profesionalismo los hice en Estados Unidos, entonces tenía poder al batear, pero tuve una lesión en el brazo izquierdo jugando en AA que me afectó fuertemente. Nunca pude recuperar la fuerza total en ese brazo al batear, ni con las dos operaciones.

Con el tiempo, Chicago me dejó libre y pasé un tiempo con Montreal, dónde tuve una tercera operación y decidí venirme al béisbol mexicano.

Mis principales cualidades era la velocidad al correr. De chamaco fui campeón en varias categorías de velocidad en Pista y Campo. De ahí que haya sido muy utilizado como primer bat.

Otro de los peloteros de mi época que también fue campeón de pruebas de velocidad es Karim García, el pelotero mexicano que yo vi con más facultades para jugar al béisbol. Muy fuerte, mucho poder al bat, buen contacto, un brazo tremendo, fildeando muy seguro y corría como demonio. Único, Karim.

En el jardín izquierdo en México ha habido grandes peloteros. A mí me platican de Miguel Becerril Fernández, como el pelotero más completo que ha jugado en nuestro béisbol. No lo vi jugar. El que si me tocó fue Andrés Mora, ya al final de su carrera. A veces tomaba sus turnos, fundamentalmente como designado y aún demostraba un poder tremendo.

Con Alonso Téllez me tocó jugar en Naranjeros. Muy completo, también. Recuerdo sobre todo su consistencia para batear y jugar.

Cuando empecé tuve la fortuna de tener a Don Héctor Espino de coach de bateo, y se convirtió en mi amigo y mentor. Fue amigo de toda mi familia, me ayudó mucho. Era un tipazo, con un respeto enorme al juego y a sus compañeros. Querido y admirado por todos. Jugó en una época de mucha competencia y grandes peloteros. Aún recuerdo sus pláticas de cómo admiraba a varios pitchers, principalmente a Vicente Romo y Horacio Piña, durísimos, me decía.

Yo me enfrenté a muchos pitchers muy buenos: Ángel Moreno, Maximino León, Salomé Barojas, Alfonso Pulido y varios más. Los lanzadores mexicanos gozan de muy buen repertorio.

De los bateadores, me acuerdo de muchos, pero ahorita vienen a mi mente gente como Luis Alfonso García, El Chato Vázquez, Eduardo Jiménez, Edgar Quintero y el ya mencionado Karim García. Jugadores muy fuertes, que al batear la bola salía con una potencia tremenda. Todos ellos debieron jugar en el mejor béisbol.

En México me tocó jugar en verano e invierno, que, al tener menos equipos, tenía un nivel superior. En la LMB recuerdo los equipazos de Sultanes de 1995 y 1996.

Cuando llegue al béisbol escuchaba a los veteranos platicar de lo mejor que era el béisbol de antes. Yo decidí no hacer lo mismo. El pelotero actual es tan bueno como el de mi tiempo, inclusive más atlético, mejor alimentado y preparado físicamente. La diferencia es individual, de actitudes, del comportamiento de cada quién. Y hay imponderables, pues grandes peloteros mexicanos no han llegado a las Grandes Ligas. Muchos factores entran en juego”.