El mejor jardinero central mexicano de todos los tiempos
- Ramón “Diablo” Montoya
- Daniel Fernández
- Felipe “Clipper” Montemayor
- Marcelo Juárez
- Manuel “Estrellita” Ponce
“Desde el principio El Diablo tuvo una formidable actuación con nuestro equipo de Empalme. A la gente le gustó su juego y el carácter fiero con que se desenvolvía. Lo puse de tercer bat y ahí se quedó toda la temporada”. Así se expresa el gran Ronnie Camacho de su compadre Ramón Montoya. “Era nuestra bujía. Encendía los grandes rallies y varias veces abusaba de su condición como outfielder. No le importaba estrellarse contra las bardas”.
Con ese apodo y su figura esbelta, el Diablo estaba destinado a ser estrella. Todo lo hacía bien como jugador de béisbol. Corría, fildeaba de manera temeraria y espectacular, bateaba para porcentaje y de repente se enredaba con la pelota demostrando buen poder. Y su brazo, fuera de serie, era de lo más potente y certero que se ha visto en nuestros parques.
Jesús A. Rubio, nos recuerda: “Montoya impuso el récord de hits conectados (130) en una temporada en la campaña 1963-64 jugando para los Rieleros de Empalme. Asimismo, en aquella edición, junto con su compañero de equipo, Ronnie Camacho, también fue líder en anotadas (67), marca que sigue vigente en el circuito. En esa campaña también dio seis hits en juego de entradas extras realizado en Obregón”.
Montoya nació en Mexicali, Baja California, en 1940 y llegó a los Diablos Rojos del México en 1961. A partir de la temporada del ´62 se adueño del jardín central con su inolvidable #32 y sus espectaculares atrapadas contra la barda, siendo pieza clave en los campeonatos del 1968, 1973, 1974 y 1976 para los Diablos Rojos, en los mejores años de la Liga Mexicana de Beisbol.
Tuve 10 temporadas bateando arriba de .300 en el verano y dejó marca de por vida de .316 en 1498 partidos.
En la Liga Mexicana del Pacífico jugó 13 temporadas, fue parte de los desaparecidos Rieleros de Empalme, Naranjeros de Hermosillo, Algodoneros de Guasave, Yaquis de Ciudad Obregón, Tomateros de Culiacán y Ostioneros de Guaymas, y como mánager, en 1992-1993, llevó al campeonato a los Venados de Mazatlán, en aquella memorable final en la que remontaron un 1-3 frente a los Águilas de Francisco “Paquín” Estrada. Dejó promedio de bateo de por vida de .289.
En 1990 ingresó al Salón de la Fama del Beisbol profesional de México y desde el año 2005 integra la generación del Recinto de los Diablos Rojos, al lado del recordado cronista Oscar “El Rápido” Esquivel, el Lic. Roberto Mansur Galán, Benjamín Reyes, Alfredo Ortiz, Abelardo Vega y Nelson Barrera.
Falleció a los 78 años de edad en el 2018.