Esqueleto en la GUAGUA.
La osamenta de “Rufino” propiedad del buen amigo y aficionado de los Naranjeros Ernesto Romero, provocó movilización de las autoridades policiacas y sanitarias en San Juan, Puerto Rico.
El esqueleto se quedó en la “guagua” (autobús) utilizada para transportar a los aficionados mexicanos y al amanecer del día siguiente, una vecina reportó que había un cadáver adentro del vehículo que estaba estacionado frente a su casa.
Rápidamente llegó la policía, el servicio forense y autoridades sanitarias para resguardar y poner un cerco alrededor del vehículo.
Carlos, el conductor de la camioneta, salió de su casa minutos después de la llegada de las autoridades y sin todavía imaginarse el motivo de tal movilización se sorprendió al darse cuenta que su autobús estaba resguardada y buscaban a su propietario.
Se les explicó a las autoridades de que se trataba, se procedió a la apertura del vehículo y Carlos tomó a “Rufino” para saludar a más de 50 personas ahí presentes entre autoridades y ciudadanos.
Una vez aclarada la situación, rápidamente todos empezaron a sonreír y muchos de los ahí presentes solicitaron tomarse una fotografía con “Rufino”.
Sin duda este acontecimiento ya está en la lista de las anécdotas de la Serie del Caribe.