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MLB

Tragedias en el béisbol

Lesiones y accidentes que cortan brillantes carreras

El béisbol ha sido un deporte muy golpeado por las tragedias, con muchos casos de peloteros que vieron sus carreras mermadas e incluso algunos que llegaron a perder la vida en hechos lamentables. El caso más reciente fue el lanzador de los Angelinos de Anaheim Tyler Skaggs que fue encontrado muerto en su habitación en medio de la temporada 2019.

Grandes estrellas se han visto afectados por accidente, enfermedad o lesión que los marginó del deporte, dejando vivo el debate de hasta dónde hubieran llegado de haber seguido jugando con regularidad.

Aquí hay una pequeña lista de los más sobresalientes.

Lou Gehrig – En 1939, después de participar en 2,130 juegos en forma consecutiva, el “Caballo de Hierro” se despidió de su carrera con los Yankees a los 36 años de edad por una enfermedad neuromuscular, esclerosis lateral amiotrófica, que le producía gran fatiga y le impedía moverse con soltura. Moriría dos años después.

En su carrera bateó para .340 con 493 jonrones, 1,995 carreras producidas y 2,721 hits en 17 campañas. Obtuvo una triple corona de bateo, dos veces fue Jugador Más Valioso y ganó seis Series Mundiales. 

Roy Campanella – Para muchos el mejor receptor de todos los tiempos, este jugador de color repartió su tiempo en las Ligas Negras, Liga Mexicana y, cuando se rompió la barrera del color, llegó a Grandes Ligas en 1948 con los Dodgers de Brooklyn. La calidad de “Campy” se impuso y en 10 temporadas fue reconocido como MVP tres ocasiones y llegó a cinco Series Mundiales ganando una. Fue el primer cátcher con 40 o más jonrones y posee el record a la hora de sacar corredores en intento de robo con 57%.

En enero de 1958, a los 35 años, sufrió un accidente automovilístico que le produjo parálisis del cuello hacia abajo, dejándolo fuera del béisbol de por vida.

Ralph Kiner – Entre 1946 y 1953 no hubo un cañonero más temido que el jardinero izquierdo de los Piratas de Pittsburgh, que ganó siete campeonatos de jonrones en forma consecutiva, algo que ni el mismo Babe Ruth logró.

Muy joven empezó con problemas de espalda y a los 32 años debió de retirarse por una severa lesión irreversible en su espalda baja. En solo 10 temporadas dejó números impresionantes: 379 jonrones y 1,015 carreras producidas.

Lázaro Salazar – Este pelotero cubano fue un manager-jugador fuera de serie. Ganó campeonatos de bateo en Ligas Negras, Liga Mexicana y en Cuba, y fue un solidó lanzador que gano más de 200 juegos en las diferentes ligas donde participó. Además, es el manager con más campeonatos en la Liga Mexicana de Béisbol con siete. No llego a Grandes Ligas porque ya tenía 35 años cuando se terminó la segregación de los peloteros de color.

En 1957, dirigiendo a los Diablos Rojos del México en un partido contra Monterrey, sufrió un derrame cerebral y un día después, a los 44 años de edad, dejó de existir el “Príncipe Azul”.

Sandy Koufax – Llegó muy joven a Grandes Ligas y tardó unos años en encontrar su mejor forma, pero a los 25 años su carrera cambió y se convirtió en uno de los mejores lanzadores zurdos de todos los tiempos. En su corta carrera ganó tres trofeos Cy Young al mejor lanzador, cuando solo se otorgaba uno por ambas ligas (1963, 1965-66). Lanzó cuatro juegos sin hit ni carrera y un perfecto; ganó un MVP en 1963 y tres triples coronas de pitcheo.

En 1964, a los 28 años de edad, fue diagnosticado con artritis, y a pesar de los fuertes dolores, siguió lanzando, pero al final de la temporada de 1966, con tan solo 30 años, decidió retirarse ante el inmenso dolor que le producía su enfermedad.

Dueño de una de las curvas más letales, en doce temporadas en Grandes Ligas y solo seis como abridor de tiempo completo, dejó marca de 165-87, recetó 2,396 chocolates, con una efectividad de 2.76. Ganó tres Series Mundiales.

Roberto Clemente – En la década de los 60’s este jugador puertorriqueño fue de los mejores al obtener cuatro campeonatos de bateo (´61, ’64, ‘65 y ‘67), fue MVP en 1966, ganó doce Guantes de Oro, doce veces acudió al Juego de Estrellas y ganó dos Series Mundiales en 1960 y 1971. Es considerado por muchos el mejor jardinero derecho de todos los tiempos, con un brazo poderoso que muy pocos retaban y que cubría grandes cantidades de terreno. Se lanzaba de forma espectacular por la pelota y corría las bases con magia.

Roberto Clemente fue un hombre altruista y precisamente esta virtud lo llevó a encontrar un desenlace fatal. El 31 de diciembre de 1972 al llevar un cargamento de ayuda para víctimas de un terremoto en Nicaragua, el avión en que viajaba se desplomó llevando a Roberto y sus buenas intenciones a mejor vida. Curiosamente el último hit que conecto en su carrera fue el 3,000.

Thurman Munson – Este excelente receptor fue el primer capitán de los “Bombarderos del Bronx” desde Lou Georg. Es el único Yankee en ganar el trofeo al Novato del Año (1970) y también ser MVP (1976). Se le recuerda por su juego agresivo y por la gran rivalidad que sostuvo con Carlton Fisk de los Red Sox. Ganó dos Series Mundiales, fue siete veces al Juego de Estrellas y obtuvo tres Guantes de Oro.

Munson fue un apasionado de maniobrar aviones y mientras practicaba despegues y aterrizajes el 2 de agosto de 1979, perdió el control de su aeronave, estrellándose contra un árbol. Se produjo un incendio, quedando atrapado y muriendo de asfixia a los 32 años de edad.

Kirby Puckett – Este fornido pelotero fue en tremendo bateador y un excelente jardinero central que llevó a Minnesota a ganar dos Series Mundiales en 1987 y 1991. Bateaba para porcentaje, conectaba jonrones y producía carreras, ganando un campeonato de bateo en 1989, seis Guantes de Oro y diez veces invitado al Juego de Estrellas.

Al final de la temporada 1995 recibió un pelotazo de Dennis Martínez que le fracturo la mandíbula. A los meses se despertó sin poder ver con su ojo derecho, siendo diagnosticado con Glaucoma y después de varias operaciones la visión no pudo ser restaurada. Después de doce temporadas y a los 34 años de edad, nunca volvió a jugar béisbol.

A los 45 años sufrió un derrame cerebral producto de la hipertensión arterial que lo producía su sobrepeso, muriendo al siguiente día.

Ray Chapman – Este pelotero de los Indios de Cleveland ha sido el único jugador que ha tenido una muerte trágica provocado por un incidente dentro del terreno de juego. En 1920 jugando contra los Yankees recibió un bolazo en la cabeza por Carl Mays que lo dejó inconsciente, muriendo un día después.

Otros beisbolistas que perdieron la vida estando en activo en MLB: Lyman Bostock, Francisco Barrios, Tim Crews, Steve Olin, Miguel del Toro, Derrick Kile, Cory Lidle, Josh Hancock, Nick Adenhart, Oscar Taveras, José Fernández, Andy Marte, Yordano Ventura y Skaggs.

Ex jugadores que murieron de manera trágica son: Mel Ott (accidente automovilístico), Jimmie Foxx (se atraganto con un pedazo de carne y se ahogó), Bo Díaz (le cayó una antena parabólica), Roy Halladay (accidente aéreo), Nelson Barrera (electrocutado) y hace un año en Venezuela los liga mayoristas Luis Valbuena y José Castillo (accidente automovilístico tras ser víctimas de intento de asalto.)

Estelares como Mickey Mantle, Ken Griffey Jr., JR Richards, Bo Jackson, Albert Belle, Juan González, Mike Mulder, Johan Santana, Nomar Garciaparra y Carlos Delgado encabezan una lista extensa de jugadores quienes, a causa de las lesiones, vieron afectado su rendimiento en el campo de juego.

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