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EL INJUSTO NÚMERO DE FERNANDO VALENZUELA

LE AFECTÓ EN LA VOTACIÓN PARA EL SALÓN DE LA FAMA DE COOPERSTOWN

Por: César A. González Gómez

A menudo la conclusión es que al Toro de Etchohuaquila no le alcanzan los numeros. Y para los periodistas que votan a los inmortales, los números lo son casi todo. Fernando logró 173 victorias, y no llegó a la mágica cifra de 200 triunfos; le faltaron 27. Roy Halladay, por ejemplo, entró al Salón de la Fama con 203 victorias, una cifra relativamente cercana a la de Fernando Valenzuela.

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¿Qué le faltó a Fernando Valenzuela para el
Salón de la Fama?

Ciertamente, le faltaron números. Pero si nos
vamos al detalle, encontramos cosas muy interesantes. Una revisión minuciosa de toda
su carrera, apertura por apertura, evidencia lo
que siempre se dijo: a Fernando Valenzuela le
faltaba apoyo ofensivo para conseguir triunfos. Sin embargo, esta falta de respaldo ofensivo
cobra una dimensión colosal al medirla y ponerla en números.
En total, Fernando Valenzuela tuvo 226 aperturas de calidad en toda su carrera. Una apertura de calidad es una salida de 6 o más innings con 3 o menos carreras. O sea 226 aperturas de calidad de las 424 aperturas totales que tuvo el Toro.
Sin embargo, de esas 226 aperturas dé calidad, Valenzuela perdió o se fue sin decisión en 97 de ellas. Es decir, que el 42 por ciento de esas 226 aperturas de calidad no se tradujeron en triunfos. O sea, fueron salidas en las que, a pesar de haber lanzado 6 innings o más con 3 carreras o menos, no se llevó la victoria. Casi la mitad de sus buenas actuaciones no fueron triunfos. Una cifra altísima.
En el caso de otros inmortales como Mike Mussina, por ejemplo, el 77 por ciento de sus salidas de calidad se tradujeron en triunfos para el equipo. Es decir, que solo el 23 por ciento de sus salidas de calidad no fueron victorias. Menos de una cuarta parte. A menudo, Mussina estuvo protegido por buenas ofensivas.
El 42 por ciento de Valenzuela se ve enorme
frente al 23 por ciento de Mussina. De ese tamaño, puede ser la diferencia cuando se tiene una buena ofensiva coma respaldo.

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LA CIFRA CLAVE

Aunque el hubiera no existe, si Valenzuela hubiera contado con un apoyo orensivo como el que tuvo Mussina, se habría llevado más triunfos merecidos en sus aperturas de calidad.
Con un apoyo ofensivo que, como a Mussina, le permitiera perder solo el 23 por ciento de sus aperturas de calidad, Fernando Valenzuela habria conseguido 52 victorias más en su carrera, para to
talizar 224 triunfos. Es decir, 21 victorias más
que los 203 ganados de Roy Halladay, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.


EL POBRE APOYO OFENSIVO

Un número fundamental para entender lo
anterior es el de las carreras de apoyo que
Fernando Valenzuela recibió de su ofensiva,
o run support.
Si se corre la estadística para encontrar a los lanzadores que más juegos ganaron entre 1980 y 1990, encontraremos a Fernando Valenzuela en el cuarto lugar con 141 victorias.

El lider en triunfos en Grandes Ligas en ese
lapso de juegos fue Jack “Gato” Morris, con
177 victorias.
A la hora de revisar el apoyo ofensivo, la diferencia salta a la vista. Según Baseball Reference, Morris recibió 5.22 carreras de apoyo ofensivo, mientras que Valenzuela recibió casi una carrera menos de apoyo: 4.18.
Si revisamos la efectividad que ambos lanzadores tuvieron en ese lapso de tiempo, entre 1980 y 1990, encontraremos que Morris tuvo 3.74 y Valenzuela 3.31. ¿Cómo puede ser que un lanzador que tiene un ERA más alto tenga más triunfos que uno que tuvo mejor efectividad? La respuesta es clara: el apoyo ofensivo que recibió.
Sin duda, ahi está la razón de por qué Fernando Valenzuela no alcanzó más triunfos en
su carrera.
Pero lo más interesante de ese listado de los
lanzadores más ganadores entre 1980 y 1990, es que un compañero de Valenzuela con los Dodgers, Bob Welch, aparece enlistado en el segundo lugar con 164 victorias.
Como abridores, ambos coincidieron en los Dodgers de 1981 a 1987. Es decir, que ambos estuvieron respaldados por los mismos bateadores en sus aperturas. Sus números de apoyo ofensivo, por lo tanto, deberían ser
similares. Y lo son.

De 1981 a 1987, Welch recibió 4.31 carreras de
apoyo. Y pese a que ambos estaban protegidos por los mismos bateadores, en sus aperturas, Fernando Valenzuela recibió un apoyo ofensivo ligeramente inferior al de Welch: 4.18 carreras.
O sea que cuando Valenzuela se subia a la loma, el bateo de sus compañeros simplemente se enfriaba. Algo que también padeció Welch, aunque en menor medida.


¿MEDIR LA MALA SUERTE?

Es dificil -por no decir imposible- cuantificar la mala suerte en el beisbol, pero con Fernando Valenzuela no hay que rascarle mucho para encontrarla. Ya lo vimos al medir el magro apoyo ofensivo que recibió en los mejores años de su carrera.
Se supone que un lanzador que tira 7 innings
o más en una apertura, es porque lo está haciendo de gran manera y está llevando de la mano a su equipo hacia el triunfo. Sin embargo, en su carrera, Fernando Valenzuela tuvo 97 aperturas en que lanzó 7 o más innings y no se llevó el triunfo.
Habia veces en que Valenzuela optaba por no bajarse de la loma ni dejar que lo bajaran para que no le estropearan el trabajo, como el 6 de septiembre de 1985. Ese día, Fernando tuvo que lanzar 11 entradas, y aun asi, se fue sin decisión. Los Dodgers no pudieron hacer una sola carrera en 13 innings, y perdieron 2 a 0 con los Mets.


¿Y LA BUENA SUERTE?

Lo mismo.
A menudo, un pitcher puede tener una apertura mediana, recibir más de 4 carreras en 6 innings y aun asi, llevarse el triunfo. En ese caso, se habría contado con la buena fortuna de tener una ofensiva fuerte en su apoyo.
Pero pocas veces pudo presumir Fernando Valenzuela de ello. En toda su carrera, solo logró 18 victorias en aperturas que no fueron de calidad. Solo 18 veces en que ganó sin haber estado del todo fino sobre la loma en más de 400 aperturas.

¿MÁS DE 200 TRIUNFOS?

Es decir, que de haber contado con un apoyo ofensivo promedio, Fernando Valenzuela probablemente ya estaria en Cooperstown.
Los 224 triunfos que habría logrado Valenzuela bajo el cálculo anterior, serían más que los 219 de Pedro Martínez, que los 209 de Don Drysdale, que los 207 de Bob Lemon, o que los 203 del ya mencionado Ray Halladay. Y los cuatro están ya en el Salón de la Fama.
Pero el hubiera no existe. Muchas tardes de gloria se quedaron sin el sabor de la victoria para Fernando Valenzuela en su búsqueda por el Salón de la Fama.

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