El beisbol en México vive un furor de nuevos estadios. Y este furor ha sido una auténtica revolución para cambiar el paradigma de cómo un aficionado vive el beisbol en México.
Las revoluciones tienen nombres y apellidos. Detrás de esta revolución, está Dynamica. Es una empresa establecida en Zapopan, Jalisco, pero a la que en sus venas le corre sangre sonorense saturada de beisbol. El apellido lo revela todo: es la empresa de los hermanos Carlos Federico y Diego Valenzuela. Ambos son hijos del legendario Cayo Valenzuela, otrora dueño de los Naranjeros de Hermosillo en los 70, y miembro del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.
La constructora de los nuevos estadios de beisbol en México
En teoría, Dynamica es una constructora. Y en años recientes se ha especializado en estadios deportivos. Construyó el Estadio Sonora en Hermosillo y el nuevo estadio de los Yaquis en Ciudad Obregón, obras emblemáticas y pioneras en la nueva ola de estadios de beisbol en México. Pero también construyen los nuevos estadios de los Venados en Mazatlán, y de los Cañeros, en Los Mochis. Se encargaron también de toda la reconversión del Estadio Panamericano de Guadalajara para adecuarlo al beisbol, y convertirlo en la casa de los Charros de Jalisco.
“No solo es el tema de construir un estadio”, explica Carlos Federico, presidente fundador de Dynamica. “Hay muchas constructoras que pueden construir un estadio. El secreto es entregar un proyecto con un concepto comercial detrás. Un concepto donde la gente que asista tenga una experiencia de marca, y pueda tener alimentos y bebidas en la distancia que ellos necesitan”.
Y justamente ahí radica la principal fortaleza de Dynamica. No es solamente una constructora, sino que han ido más allá, hasta entender cómo funciona el negocio del espectáculo deportivo en un recinto deportivo, y cómo hacer un concepto de estadio que maximice la experiencia del aficionado, pero que también aumente los ingresos de dinero del equipo que lo opera.
“Los estadios”, explica Carlos Federico, “hoy se construyen de forma similar a los centro comerciales que tienen cines, restaurantes, y demás. Ellos son nuestra competencia, y se basan en el mismo principio: la circulación de gente por sus instalaciones”.
Pasión por el beisbol, como espectáculo
Dynamica tiene sus oficinas en un edificio de varios pisos en Zapopan. Y mientras uno circula por sus pasillos, se respira la pasión por el beisbol. Se alcanzan a escuchar las discusiones sobre el rendimiento de tal o cual pelotero en el fantasy de alguno de los miembros del despacho.
Y el corazón de la operaciones de beisbol en Dynamica corre a cargo de Calo, hijo de Carlos Federico, quien se desborda en pasión por la pelota. Se ha dedicado a especializarse en cómo se gestionan los estadios deportivos en Estados Unidos, y ha volcado toda esa experiencia en el trabajo del despacho. Calo, al igual que su padre y su tío Diego, tiene muy claro hacia dónde debe ir la experiencia en los estadios.
“No debemos perder de vista de que estamos en el show business”, explica Calo. “No estamos vendiendo beisbol, estamos vendiendo entretenimiento. Estás vendiendo el espectáculo”.
Las tripas del negocio
Y a partir de ese concepto, Dynamica no solo construye el estadio, sino también construye una experiencia de comodidad, seguridad e inclusión. Se convierte, prácticamente, en una organización de beisbol en sí misma. Para construir un estadio, asegura Calo, primero hay que conocer todos los secretos operativos del equipo que ahí jugará.
“Entendemos perfectamente el negocio de un equipo”, explica Calo. “Sabemos cuánto cuesta su nómina; sabemos cuánto cuesta operar su estadio y el mantenimiento; cuánto vende. Sabemos cuál será el precio del boleto, y cuánto tiene que vender en esquilmos para tener una operación sana. Hacemos un plan para visualizar que le sea negocio al que lo vaya a tener, porque de otra forma, un equipo hoy en día no podría ser negocio y no podría ser rentable”.
Y para llegar a esa rentabilidad, Dynamica analiza hasta el comportamiento social de los aficionados mexicanos para incorporarlo al concepto de estadio.
“Es un centro de espectáculos”, detalla Carlos Federico. “Hay aficionados que van y se sientan, probablemente se tomen una cheve, o probablemente no se tomen ninguna. Y hay aficionados que se toman todas, y no saben ni quien jugó, ni quien ganó. Pero todos, los que conocen y los que no conocen, tienen que convivir en el estadio. Y todos se la tienen que pasar a toda madre”.
Diego Valenzuela, director general de Dynamica y otro de los cerebros esenciales en la empresa, explica que ha sido fundamental adaptar todo eso al mercado mexicano.
“En los estadios gringos, por ejemplo, no hay pasillo intermedio”, explica Diego. “Entras al estadio, hay un lobby inmenso, y ahí mismo te puedes ir hasta abajo. No hay un pasillo transversal. Y aquí en Latinoamérica, por ejemplo, es en ese pasillo donde está el desfile de gente. Ahí es donde saludas a los amigos, donde pasa la mascota, donde caminan las muchachas guapas. Es un tema social. La raza en México tiene que tener comida a la mano, pisto a la mano, y el baño cerquita. Lo del baño cerquita es clave”.
El secreto: la inclusión familiar
El beisbol, concluyeron en Dynamica, es un asunto familiar. Y como tal, en el concepto de cada estadio, debe incluirse la atención de toda la familia. Y muy específicamente, la hospitalidad hacia las mujeres.
“Para un equipo es imposible sostener el espectáculo, si no incluyes a las mujeres”, asegura Calo. “Entonces tienes que diseñar el estadio para que tenga buenos baños de mujeres, que sean accesibles, y que ellas se la pasen bien. Que tengan otro tema de entretenimiento si no les gusta el beisbol, como la comida, el restaurante, que el estadio esté limpio, que haya amenidades. Que vayan otras mujeres. Antes, una señora no se paraba en el Estadio Héctor Espino, por ejemplo, porque el baño le daba asco. Y además, por lo que tardaba en llegar al baño. Y si iba, no tomaba, para no tener que ir al baño. Parte del éxito de nuestros estadios, es que las mujeres pueden ir; se la pasan bien, se sienten cómodas, y pueden transitar con seguridad por todo el estadio”.
La limpieza del estadio es un tema que quizás en apariencia no suene prioritario, pero en los estudios de Dynamica, es uno de los rubros más importantes.
“En una encuesta que se hizo en el Estadio Panamericano de los Charros”, explica Calo, “la gente respondió que lo que más valora de la experiencia en el estadio es la limpieza. Vas al baño y es como ir al baño de tu casa. Y durante el juego pasan a limpiarte dos o tres veces tu lugar”.
Este sentido de hospitalidad que deben tener los buenos estadios deportivos, se deriva de las enseñanzas del negocio hotelero, y así lo confirma Carlos Federico.
“El negocio de los estadios”, afirma Carlos Federico, “hay que entenderlo como el de los hoteles. En esta analogía, los cuartos de hotel son los juegos de beisbol, y los centros de consumo son los restaurantes. Que si tú quieres un whisky, lo pidas, y lo tengas al instante. Y que haya gente con espíritu de servicio para vendértelo. Y a lo mejor, el niño quiere un helado, y la señora un café. En tu estadio, tienes que tener toda una red de productos que ofrecerle. Es experiencia de cliente”.
Los nuevos estadios incrementan los ingresos económicos para los equipos
Si se cumplen todas estas condiciones y el aficionado se siente cómodo, florece el negocio para el equipo que lo opera.
“Con los nuevos estadios”, explica Carlos Federico, “tenemos comprobado 100 por ciento que la gente consume más adentro de los estadios, y por lo tanto, deja mayor derrama económica. Tenemos reportes de equipos en México que en su primer año en estadio nuevo triplicaron sus ingresos sin pasar a playoffs”.
Y Calo coincide con ello, y el mejor ejemplo para él, es cuando un aficionado mexicano va a ver beisbol a algún estadio de Grandes Ligas y paga ese nivel de precios de consumo.
“Es el síntoma de cuando vas a ver beisbol a Estados Unidos”, explica Calo. “Cuando te dan algo de calidad, estás dispuesto a pagar ese sobreprecio. El cliente es sensible al precio por lo que tú le ofreces”.
Pero en esos nuevos estadios, todo tiene estar diseñado y ubicado con algún fundamento. Por ejemplo, hasta las ventas que se registran en la tiendas de souvenirs tienen su razón de diseño
“Si vas a Guadalajara, por ejemplo, vas a ver al 40 por ciento de la gente con jersey o gorra oficial del equipo”, explica Carlos Federico. “O en Culiacán, aunque ese estadio no lo hicimos nosotros, pero está muy bien hecho. Yo me acuerdo de los estadios viejos de Obregón o de Hermosillo, para comprar una gorra, era realmente una proeza hacerlo. Para la tienda de Charros, por ejemplo, llamamos a un especialista de diseño de interiores de una tienda para que la pusiera y la acomodara. Que sintieras que estabas entrando a una tienda gringa, y funcionó en las ventas”.
Tropicalizar las experiencias de Grandes Ligas
Una de las principales tareas de Dynamica ha sido la de fusionar lo mejor de ambos mundos. Inspirarse en las mejores prácticas de los estadios de Grandes Ligas, pero adaptadas a las costumbres y escalas del mercado mexicano.
“La tropicalización implicó adecuarlo todo a la dimensión mexicana”, asegura Calo. “Un estadio de Grandes Ligas contra uno de Triple A o de Spring Training no tienen las mismas amenidades. Tropicalizar fue agarrar un estadio de MLB y bajarle la proporción de 50 o 60 mil espectadores a 15 o 16 mil. Lo nuestro, para el mercado mexicano, consistió en tener una ambición de MLB, pero con tamaño de Triple A. Que tuviera muchos de los mismos servicios de MLB, pero del tamaño de una instalación de Spring Training”.
Y esto, Dynamica lo aprendió desde el principio. El primer reto importante fue construir el Estadio Sonora, en Hermosillo. Era el primer estadio de la oleada de nuevos estadios modernos en el beisbol de México.
“Nosotros entramos a los estadios deportivos en 2012”, explica Carlos Federico, “construyendo un estadio en Nayarit desde cero. Cuando estábamos a medio estadio en Nayarit, nos hablaron de Hermosillo que tenían el problema de la Serie del Caribe de 2013, que querían albergar con estadio nuevo. Ellos ya tenían un anteproyecto con Populous, que es un despacho de arquitectos muy importante que había hecho el Yankee Stadium. Pero ellos son arquitectos, ellos hacen el proyecto, pero con todo el tiempo del mundo. En Hermosillo no tenían muchas opciones para la ejecución y nos hablaron. Nosotros tomamos unos arquitectos y los mandamos a ver unos 10 o 15 estadios en Triple A, en Phoenix, en Miami, en Nuevo México. Fuimos a juegos. Tomamos un modelo americano y lo tropicalizamos para México”.
Los retos de cada nuevo estadio
Cada estadio implica un reto para Dynamica, pero el Estadio Panamericano, casa de los Charros de Jalisco, fue particularmente arduo. Había que convertir un estadio de atletismo en uno de beisbol.
“Cuando íbamos convertir el estadio Panamericano de Guadalajara en un estadio de beisbol”, asegura Calo, “nosotros nos trajimos a los especialistas de MLB, y me dijeron, ‘estás loco, cabrón. Esto no se puede’. Y les contesté, ‘perdón, pero se va a hacer’. Y en dos meses te vamos a entregar. Hoy es un estadio chiquito, pero acogedor”.
Y, en general, los retos que presenta un nuevo estadio son numerosos en cada uno de sus rubros, como la televisión, por ejemplo.
“En México teníamos que pensar también en la televisión”, explica Carlos Federico. “Por ejemplo, que si venía el camión de transmisión de ESPN pudiera encontrar todas las condiciones de infraestructura a la altura. Que se conecten en todos los puntos. Por ejemplo, la iluminación, que para transmitir en HD tienes que tener una cierta cantidad de lumenes por posición para que el estadio se vea bien en la tele”.
O el drenaje, que es una de las mayores preocupaciones de Grandes Ligas a la hora de programar juegos en México.
“En Hermosillo, por ejemplo, puedes vaciar una pipa de 20 mil litros en un metro cuadrado, y se lo chupa el drenaje”, explica Carlos Federico. “Y algo de lo que más se fija MLB es eso: el drenaje. No se pueden dar el lujo de traer un juego de Grandes Ligas y que se suspenda por lluvia”.
Armando una revolución en el beisbol mexicano
En Dynamica no tienen duda de que su trabajo y el conocimiento que han desarrollado, ha significado una revolución, no solo para la Liga Mexicana del Pacífico, sino para todo el beisbol mexicano. Además de los estadios que Dynamica construyó, otras firmas han inaugurado nuevos estadios de beisbol en Culiacán y en la Ciudad de México, que han ido en la misma filosofía que siguió Dynamica.
“Hemos contribuido a generar una revolución en la LMP”, asegura Carlos Federico. “Pero también es porque Omar Canizales, presidente de la LMP trae esa estrategia. Pero también es porque eso está pasando en todo el mundo. Por eso se fueron los Chargers de San Diego, porque hoy el espectáculo deportivo requiere de nuevos estadios con ciertas especificaciones”.
Y esta revolución se debe a que los nuevos estadios de beisbol en México generan nuevas experiencias en los aficionados que los visitan. Experiencias, que de otra forma, no se hubieran podido dar.
“Todo el tema de experiencia de cliente, todo el tema de valor agregado que le puedas dar a tu aficionado es derivado de tener un buen estadio”, explica Calo. “Sin un buen estadio, difícilmente puedes hacer eso. Nosotros, en Dynamica, ponemos el estadio bien diseñado y eso representa un porcentaje de la satisfacción del cliente, pero el otro porcentaje le corresponde a la buena operación del club. Que se presente un buen espectáculo que te apantalle, y que vaya combinado con la limpieza de las instalaciones”.
Y se podría ir aún más allá. Cuando hay instalaciones que van orientadas a la satisfacción de los aficionados, y la ciudadanía, se impulsa un cambio social. Los individuos pueden comportarse de forma distinta.
“Si tú haces un estudio social de satisfacción de cliente, y del ciudadano en general”, explica Carlos Federico, “el tener un estadio de beisbol moderno. y bien hecho, es un gran factor de pacificación social. Pero el chiste es que puedas tener precios diferenciados, que tengas bleachers donde la gente pague 25 pesos y se meta a un juegos de beisbol”.
Y por lo pronto, Dynamica ha tenido razón. La afición por el beisbol en México se ha impulsado con la asistencia a los nuevos estadios, que presentan, todos, mayores niveles de asistencia. Los aficionados al beisbol en México se están sintiendo cómodos y representados. Esta revolución de nuevos estadios de beisbol en México, ha vuelto a poner al aficionado en el centro. Hoy, el aficionado es el protagonista. El cliente, entonces, siempre tiene la razón. La diferencia es que hoy sí lo están escuchando.