POR RONNIE CAMACHO
Era un 3 de junio de 1966. Nos encontramos en el fastuoso Hotel Regis desayunando en una larga mesa: Elrod Hendricks, Bobby Prescott, Evelio Hernández, Héctor Espino y su servidor.
Al término de degustar nuestro variado y exquisito desayuno, nos levantamos de la mesa y nos trasladamos al lujoso lobby, que para variar estaba saturado de personas de diferentes razas que se hospedaban ahí. De repente sentí una mano que golpeaba suavemente mi hombro derecho.
De inmediato me doy la vuelta y veo a Tommy Morales, el prestigioso cronista deportivo. Me saludó de mano y después me abrazó “hola Tommy, buen día. ¿Qué haces por aquí?”, pregunté. “Esperando a que Beto Ávila baje. Vamos a desayunar en el Hotel del Prado, lo invitamos la Asociación de Cronistas Deportivos, allá están todos esperando que lleguemos, de la Serna, Brito, “Rápido” Esquivel, Llanes, Mendoza, Villasana, Carretero, en fin, todo el clan, por cierto me encargaron que te saludara, si te miraba”, respondió.
“Qué bien, muchas gracias, me los saludas mucho, allá nos vemos en la noche en el Seguro Social”, así me despedí de aquel hombre todo beisbol y me encaminé a ver a mis compañeros que estaban ya sentados en los grandes y espaciosos sillones.
“Hey, quiero dar una vuelta por la Avenida Juárez, ¿quién me acompaña?”, nos dijo Hendricks. “Yo te acompaño, hay que caminar para bajar lo que comimos”, le dije, entonces, al escuchar aquello, los demás se agregaron a nosotros y salimos a la famosa y transitada avenida.
Serían las 10 de la mañana. Había amanecido muy soleado y se sentía una leve brisa fresca. El único que no llevaba saco era Prescott y Evelio le comentó “oye negrón, a tu edad yo me cubriría, ya no estás para estos trotes”, “ya me acostumbré a Poza Rica, tienes razón, voy rápido a mi cuarto, los alcanzo”, respondió el panameño Prescott.
Se fue y nosotros aflojamos el ritmo de la caminata viendo los escaparates de los centros comerciales de esa área, los cuales ofrecían ropa de marca, zapatos florsheim, abrigos, impermeables, a precios de Grandes Ligas, todo muy caro. “Muchachos, es que no han estado en Miami últimamente”, dijo Evelio, finalmente se apareció el panameño y hasta con corbata venía, “jajaja, si no era para tanto”, le dijo el cubano Hernández.
Espino y yo llevábamos chamarras de cuero: yo una negra y él una café, con pantalones gruesos de buena calidad, lo demás iban bien vestidos. Estando en ese hotel, y siendo nosotros jugadores de beisbol, teníamos que andar a la línea, además ganábamos buena lana.
Llegamos caminando muy cerca del zócalo, serían pasadas las 12 del medio día ya cerca de la una de la tarde. “Si sienten hambre, por aquí cerca se encuentra un lugar muy exclusivo para comer bien, un día me invitó nuestro manager Beto Ávila en esta temporada”, les dije.
Le pregunté a una persona que estaba parada cerca de nosotros: “señor, disculpe, busco el Restaurant Manolo, ¿me podría decir si andamos cerca?”.
“No conozco ningún Restaurant con ese nombre, no será ese que está ahí?”, me señaló enfrente de donde estábamos. “Si ese es, Bar Manolo, ufff, gracias amigo disculpe, no me acordaba del nombre”.
Me retiré y fui con mis compañeros “ahí es, mírenlo enfrente, la especialidad es la cocina Española”.
“Oye, pero dice Bar”, alguien comentó. “Por eso no me acordaba, pero es muy buena comida”, reviré.
“Pues vamos a darle, me voy a devorar un gran steak”, dijo el “Negrón” de las Islas Vírgenes. “Nosotros también, con arrocito no vamos a ningún lado”, me dijo Espino.
“Pues yo soy fiel a mis costumbres, pediré paella. Nosotros los cubanos no podemos estar sin el arroz”, dijo Evelio.
En la nueva modalidad del Juego de Estrellas, éste año se enfrentaron el ganador de la primera vuelta (Tigres) y un combinado de jugadores seleccionados del resto de los equipos de la liga.
Memo Garibay, el manager del combinado, ya estando en el terreno entregó el line up. Alfredo “Yaqui” Ríos 5, Emilio Sosa 8, Moi Camacho 4, Héctor Espino 7, Elrod Hendricks 2, Ronnie Camacho 3, Benjamín Cerda 6, José Rodriguez 9 y Felipe Leal 1.
Ricardo Garza, mnager del Tigres Capitalino los alineó así: Fernando Remes 6, Arnoldo Castro 4, Armando Murillo 5, Rubén Esquivias 3, Obed Plascencia 7, Manuel Ponce 8, Ramiro Rubio 9, Gregorio Luque 2 y Nicolás García 1.
Los 25 mil aficionados que colmaron las gradas del Parque del Seguro Social vibraban y aplaudían al escuchar cada nombre de los jugadores del Tigres cuando anunciaban el line up.
El velocista Felipe Leal inició retirando las primeras tres entradas sin hit y sin carrera; por los Tigres, Nicolás García venía durísimo y fue hasta la cuarta entrada cuando logramos descifrar sus rápidos lanzamientos, Cerda bateó un furioso triple al rincón del jardín derecho anotando con doble de Vinicio Garcia de emergente por Rodríguez.
Prescott vino de emergente por Leal y produce la segunda con sencillo para el 2 a 0; “Yaqui” Ríos conecta hit sencillo y hay dos en base. El manager Ricardo Garza entra al terreno, habla con su lanzador y con el Infield y decide mantener a García en la loma.
Emilio Sosa avanza los corredores a segunda y tercera con toque de sacrificio. El siguiente bateador es Moi Camacho, quien batea una línea durísima que le rebota en el guante a Kiko Castro en segunda, es un hit de fuerza anotando Prescott la tercera carrera. Corredores en primera y segunda con un out, los fanáticos expectantes guardan silencio esperando la estrategia del manager felino.
Viene al bat Héctor Espino y roletea durísimo a un lado del short y éste suelta la bola para que todos queden quietos y las bases llenas.
Con Hendricks al bat, Luque suelta un lanzamiento quedando la pelota a unos metros a su lado derecho, el “Yaqui” se viene corriendo al jom y lo ponen fuera con asistencia de Nicolás García. Después el “Negrón” recibe la base, vengo al bat siendo dominado en alto fly al central: 4 a 0 nos dice el score.
Es la séptima entrada al cierre, lanza por nosotros el cubano Evelio Hernández, por Grant, quien había entrado por Prescott. Hay un emergente por el pitcher García, es el “Pato” Hernández quien recibe base por bolas.
“Pulpo” Remes enciende la grada con un doblete entrando una carrera, mientras “Kiko” Castro con sencillo empuja a Remes. El Parque del Seguro era un manicomio y más ruido se produjo cuando Armando Murillo con silbante línea al central derecho se adjudica un doble anotando Castro la tercera: el score nos dice 4 a 3.
Garibay entra al terreno y se trae a relevar a Danny Hayling, y el de Costa Rica paró la ofensiva de los felinos. Llegamos al cierre del noveno inning: batean los Tigres con el marcador en contra.
Al Mariscal cierra el noveno con cierta turbulencia, Jorge Negrete emergente por García es dominado, al igual Remes. El final del partido es inminente: dos outs, viene “Kiko” Castro y la saca del parque, es un jonrón empatando el juego a 4 carreras, el Seguro Social tiembla por la escandalera de los fanáticos. Nos vamos a extra innings.
Lanza Gregorio Polo por Tigres. Abrimos el décimo: “Yaqui” Ríos batea su tercer hit del juego, Sosa lo avanza a segunda con toque, Moi recibe la base, Espino es golpeado. Viene Hendricks con tres en las bases y batea un sencillo produciendo una. Sigue la casa llena, vengo a batear, y con tres bolas y dos strikes bateo sencillo anotando la segunda del inning para irnos 6 a 4 arriba.
Batean los Tigres al cierre del décimo. Ponce abre con sencillo, Ramiro Rubio tocó la bola, Gregorio Luque es dominado en rola al short stop. Entra el manager Ricardo Garza de emergente por Polo y le da durísimo a la bola hacia el jardín central donde la atrapa Gonzalo Villalobos.
Así terminó un dramático Juego de Estrellas, tal vez uno de los mejores en los que participé. ¡Aquello fue inolvidable!
*Este y otros textos los podrás encontrar en la edición impresa de enero 2021 de la Revista CU4RTOBAT.