POR MLB.COM
Un día como hoy, hace 102 años, se anunció que Harry Frazee, dueño de los Medias Rojas de Boston, había vendido a Babe Ruth a los Yanquis de Nueva York. Ha habido eventos importantes en la historia del beisbol, pero ninguno como éste.
El pacto fue completado días antes, pero el 5 de enero de 1920, la llegada de Ruth a los Yanquis acaparó los titulares. Nadie sabía, ni siquiera en Boston o en Nueva York, el peso del canje para entonces, en un momento en el que el beisbol se estaba comenzando a convertir en el pasatiempo nacional. Todo, gracias un hombre que se transformó en la estrella más importante en la historia del juego.
Esto no se trata de algo de Nueva York. Tampoco se limita al deporte. Es algo internacional.
Años después, los Yanquis se mudaron al Yankee Stadium, recinto conocido para siempre como la “casa que construyó Ruth”. Durante los siguientes 15 años, los Yankees ganarían siete banderines consecutivos de la Liga Americana y cuatro títulos de Serie Mundial. Aunque no ganaron el campeonato todos los años, así parecía.
Había otras estrellas en esos conjuntos de los Yankees, cuyo lineup era conocido como la “Fila de Asesinos”. Pero Ruth -Babe, el Sultán, el Bambino- se elevó por encima del deporte, especialmente en la década de 1920, que sería conocida luego como la “Era de Dorada de los deportes estadounidenses”.
Ruth se convertiría luego en el primer hombre en la historia del beisbol en empalmar 60 jonrones en una temporada, un número mágico que fue intocable hasta 1961, cuando Roger Maris (en una campaña de 162 partidos) dio 61. Ruth se retiró con 714 bambinazos, una marca que rompió Hank Aaron cuando disparó su número 715 en 1974. Hay muchos números legendarios asociados a lo hecho por Ruth, que hablan de lo que hizo en el deporte mientras nadie más lo hacía. Aquí hay uno:
Cuando Ruth se retiró en 1935 con 714 cuadrangulares, su más cercano perseguidor era Lou Gehrig, con 378. Sólo dos hombres más habían empalmado al menos 300: Jimmie Fox y Rogers Hornsby. Eso significa que Ruth estaba casi 400 cañonazos por encima del resto. Puede haber argumentos, incluso casi tres cuartos de siglo después de su muerte en 1948, de que no sólo fue el mejor jugador de todos los tiempos, sino que fue un gigante de un tamaño nunca visto en cualquier deporte.
Ruth fue el primer jugador en conectar 30 cuadrangulares en una temporada, y 40, 50 y 60. El año previo a su llegada a la Gran Manzana, había impuesto el récord con 29. Luego dio 54 en su primera campaña con los Yanquis – más que cualquier otro equipo de la Liga Americana en aquella campaña.
Claro, Ruth había sido el Shohei Ohtani de sus tiempos cuando aún estaba con los Medias Rojas, ayudándolos a ganar su última Serie Mundial -hasta el 2004- en 1918, haciendo de bateador y lanzador. Los llevó a tres títulos de Serie Mundial, uno menos de los que ganaría luego con los Yanquis. Pero siempre será recordado por el nivel que alcanzó en Nueva York.
Una vez llegó a los Yanquis, Ruth sólo lanzó en tres ocasiones (dos aperturas). Su récord fue de 3-0. Pero él no llegó a Nueva York para lanzar, sino para conectar jonrones y ser una figura mayor que la propia vida, siendo el primer astro de los deportes modernos, tanto dentro como fuera del terreno.
Mi titular preferido del día en el que fue anunciado el acuerdo apareció en un período de Boston:
“Medias Rojas venden a Ruth por 100 mil dólares en efectivo”.
El subtitular fue aun mejor:
“El endemoniado cañonero de la Liga Americana, quien dio 29 jonrones la temporada pasada, llega a los Yanquis de Nueva York”.
“Hago swings grandes, con todo lo que tengo”, dijo Ruth en una ocasión. “Le doy con todo o fallo con todo. Me gusta vivir al máximo de lo que puedo”.
Hizo todo eso.
Esto mencionó en otra ocasión:
“Los héroes son recordados, pero las leyendas nunca mueren”.
Ruth es la leyenda sobre la cual se construyó el primer siglo de beisbol. Es quien hizo que el primer Yankee Stadium se sintiera como la capital de los deportes y fue la razón principal por la que los Yanquis se convirtieran en la marca deportiva más famosa de los Estados Unidos, en su camino hacia 40 banderines del Joven Circuito y 27 títulos de Serie Mundial.