Guillermo “Huevito” Álvarez González, el 14 de agosto de 1926 vio la primera luz del día en el barrio de Chichipilco, no muy lejos del centro San Andrés Tuxtla, Veracruz. En su etapa de jugador tenía una estatura de 1.73 y peso de 72 kg. Derecho para lanzar y batear, Jugó el shorstop y algo de tercera base en los inicios de su carrera.
Uno de los jugadores que hicieron historia durante los años 40’s y 50’s en la Liga Mexicana de Béisbol y que dejó huella en Culiacán, formando parte de novenas de extraordinaria calidad, sin duda alguna es el jarocho de nacimiento y culichi por adopción considerado por muchos el mejor short stop mexicano.
Guillermo “Huevito” Álvarez, se inició en el béisbol llanero desde pequeño como parador en corto, posición que siempre jugó en los “campos de pelota”, Belem Grande y Otapan de su ciudad natal, ahí practicó el deporte de sus amores primero con los llaneros del barrio, en donde siempre fue admirado y muy estimado, luego a la edad de 19 años debutó con el equipo “El Alvarado” en la liga de Veracruz, se habla de una breve estancia con el Club de Béisbol Indios de Ciudad Juárez en la Liga Sunset, que no aparece en los registros de la enciclopedia y luego fue contratado para el béisbol profesional por los Pericos de Puebla, apareciendo por primera vez en el Parque Delta, donde se proyectó firmemente en la Liga Mexicana, cubriendo la posición de shortstop de los Pericos de Puebla equipo con el que tuvo un debut soñado, resultando electo el novato de la temporada 1946, ahí permaneció hasta 1948. Posteriormente recorrió la milla, para anclarse en diversos Clubes, sobresaliendo “El Águila” de Veracruz y los Tacuarineros-Tomateros de Culiacán. En 1949 fue contratado por El Águila de Veracruz, club en el que vivió su época de oro, franela que vistió hasta 1957.
En la campaña de 1955 sorprendió a todo mundo al compilar .334 de promedio de bateo y ser el único parador en corto que ha bateado 18 cuadrangulares en una sola campaña perteneciendo al Águila de Veracruz. Poseedor de un guante “mágico”, “Huevito” Álvarez fue el primer jugador mexicano en 1958 que ganó el Guante de Plata jugando para los Leones de Yucatán, premio que otorga el béisbol organizado de Estados Unidos a los mejores jugadores donde se practica el béisbol.
En 1959 regresa al Águila de Veracruz y lo cambian a los Tecolotes de Nuevo Laredo, en 1960 regresa con los Pericos de Puebla en 1961 se despide de la Liga Mexicana de Verano con la casaca de los Sultanes de Monterrey.
Brilló intensamente en la pelota de invierno y verano, fue elegido el mejor shortstop mexicano que durante nueve temporadas fue líder fildeador de la posición, de las cuales siete fueron consecutivas de 1950 a 1956 de los 16 de su vida profesional en los diamantes, al ser publicados los porcentajes de la Liga Mexicana, José “Pepe” Bache fue declarado el mejor short stop de 1957, quitándole a Guillermo “Huevito” Álvarez la supremacía de la posición que por 7 años conservó, el segundo lugar fue para el nogalense Héctor “Chero” Mayer y el popular “Huevito” caía en el tercero.
En la Liga Mexicana y en la Liga de la Costa del Pacífico. Nadie lo ha igualado, jugó 15 años consecutivos en los juegos de estrellas del béisbol de verano. Le tocó jugar esa posición en las dos décadas, cuarentas y cincuentas en que la Liga Mexicana reunió a los mejores jugadores mexicanos, norteamericanos y cubanos, en la Liga Mexicana y que formaron equipos de formidables, entre muchos otros se recuerda a: Alfonso “La Tuza” Ramírez, Epitacio “La Mala” Torres, Manuel “El Popeye” Salvatierra, Pedro “El Charrascas” Ramírez, Adolfo “El Chamaco” García, Adolfo Luque, Ángel Castro Pacheco, Ramón Bragaña Palacios, Roberto “Beto” Ávila, Bill Wright, Santos “El Canguro” Amaro, Agapito Mayor, Lázaro Salazar, Lino Donoso, Martín Dihigo, Apolinar “Polín” Pulido, Raymond “Ray” Dandridge, Alejandro Crespo y, desde luego, la figura de Guillermo Huevito Álvarez. La lista podría ser interminable, pero lo cierto es que estos jugadores, además de jugar muy bien, tenían como atletas una gran presencia en el campo, y muchos de ellos corrían las bases con gran velocidad.
Ambos hechos perduran como récords en el circuito. La admirable y consistente trayectoria que realizó hacen que sea reconocido generalmente como el mejor shortstop mexicano de todos los tiempos.
Sus números finales en la Liga Mexicana de Verano en 1372 juegos logra 5,136 turnos al bat, conecta 1,387 hits, 227 dobles, 49 triples y 56 jonrones buenos para anotar 786 carreras e impulsar 511, logra 112 toques de sacrificio y 10 de fly, recibe 26 pelotazos, negocia 536 pasaportes y lo dejan abanicando la brisa en 336 ocasiones, se estafa 146 bases y lo atrapan en el intento en 4 ocasiones, batea 122 rodados para doble play para lograr de por vida .270 de average y .366 de slugging.
Cuando el “Huevito” estaba en el final de su carrera su servidor estaba en pañales, pero cuentan quienes lo vieron jugar, que allá en lo profundo del cuadro, engarzaba la bola con el guante, soltándola para que “Beto” Ávila asistiera en la segunda y por arriba de la barrida del out, soltara el disparo a la primera para completar la doble matanza. Aunque parezca mentira, el “Huevito” Álvarez jugó junto a un buen número de luminarias que abarrotaban el Delta los jueves, día en que las damas entraban gratis. Tal vez la mejor época que vivió este pelotero fue con las Águilas de Veracruz, aunque después se convirtió en estrella en la Liga de la Costa jugando para los Tacuarineros de Culiacán. Fue sin duda un deportista ejemplar que disfrutaba de lo que hacía y que se mantuvo activo como jugador y como manager hasta su muerte. Se escuchaba la voz del Mago Septién cuando anunciaba la salida al cuadro de las Águilas de Veracruz, en el Parque Delta y con ellos la figura, menuda pero combativa en el campo, de Guillermo “Huevito” Álvarez González, sin duda alguna todo un ídolo.
Llegó a Culiacán en el año de 1947 para jugar en la vieja Liga de la Costa del Pacífico donde debutó en la segunda temporada 1946-47 contratado por los Tacuarineros (hoy Tomateros) de Culiacán manteniéndose hasta la última temporada de la existencia de la liga 1957-58, o sea militó 12 años con el mismo equipo donde había anunciado su retiro, quedándose a vivir en Culiacán, ya que en marzo de 1953 se había casado con Teresita de Jesús Guerrero Ramos.
Es el único parador en corto en la liga de béisbol de invierno que participó en 2 triple plays en un solo juego entre Culiacán y Mazatlán,
En la Liga Mexicana del Pacífico que se inició en 1958-59 se le vio jugar dos temporadas, en 1960-61 con los yaquis de Obregón y en 1962-63 con Cañeros de los Mochis. Son los números conocidos pues en la vieja Liga de la Costa lamentablemente no hubo muchas estadísticas que se pudieran recopilar, salvo las más sobresalientes. En esas estadísticas tiene participación en 78 encuentros con 265 turnos al bat, 65 hits, 14 dobles, 1 triple, 1 jonrón, 30 anotadas y 31 producidas, 4 toques de sacrificio y tres golpes, recibe 32 bases por bolas y lo ponchan en 19 ocasiones, se estafa 11 bases con 8 rolas para doble play, con un average de .245, pero está en el ocaso de su carrera, ojalá y algún día se logre rescatar ese tesoro perdido de la vieja liga de la Costa del Pacífico.
Guillermo “Huevito” Álvarez decía que Barney Serrell había sido el más grandes camarero que había visto jugar, durante las doce temporadas, a partir del 46, el veracruzano llegó a formar llaves de dobleplays inolvidables con los “Tacuarineros” de Culiacán y ahí estaban a su lado Milton Smith, Dick Cole, Henry Robinson y Barney Serrell.
En la temporada 1947-48, el 21 de enero se realizó el juego de Estrellas de la Liga de la Costa del Pacífico, entre la Selección de los Extranjeros enfrentando a los Nacionales donde la Selección de los mexicanos se conformó de la siguiente manera: Cátcher: Arnoldo Riesgo; pitchers: Manuel “Ciclón” Echeverría, Daniel “La Coyota” Ríos, Al Rodríguez, Tomás Arroyo y Aurelio “El Zurdo” Espericueta. Cuadro: Ángel Castro Pacheco, Felipe “La Muñeca” Iturralde, Manuel “Shorty” Arroyo, José “Pepe” Bache y Guillermo “Huevito” Álvarez como suplente. En los jardines Eduardo “Mosco” Reyes, Epitacio “La Mala” Torres, Fermín “Burbuja” Vázquez y Enrique “Bacatete” Fernández como suplente, dirigidos por Arturo Mazón Lilly.
En 1948-49 en el short stop los Tacuarineros tenían garantía las manos de Guillermo “Huevito” Álvarez, quien en 62 juegos dejó un promedio de .262, fue líder de turnos al bat con 237 y líder de carreras anotas con 38 empatado con su compañero de equipo Dick Cole y con José Luis “Chile” Gómez de Venados de Mazatlán.
En la temporada 1949-50 Culiacán lucía un cuadro tremendo con Jim Steiner en la receptoría, Jorge “Chorejas” Bravo en la primera, Dick Cole en la segunda, Henry Robinson en la tercera y Guillermo Huevito Álvarez en el short stop. El “Huevito” nuevamente se lleva el record de carreras anotadas ahora con 48.
Nuevamente participa en el Juego de Estrellas de la temporada 1951-52 que se realizó el día 30 de enero de 1952 en la ciudad de Los Mochis. Se enfrentaron Sonora contra Sinaloa con triunfo para estos últimos con cierre de 3-0.
Por la selección de Sinaloa se presentaron: William Cash y Raúl Navarro de receptores, Alfonso “La Tuza” Ramírez (8g-4p), Tomás Arroyo (8-4), Daniel “La Coyota” Ríos (7-6), Lino Donoso (6-6) y Ramiro Cuevas (7-6). En el cuadro estuvo Ángel Castro, Pedro Ramírez, Lou Ortiz, Geo Genovese, Guillermo “Huevito” Álvarez y Eddie Boockman. Los jardines estuvieron a cargo de Herman Lewis, Lincoln Boyd, Marvin Williams, Epitacio “La Mala” Torres, Alfredo “Moscón” Jiménez y como manager Syd Cohen.
El campeonato de Tacuarineros de 1950-51, un día inolvidable para Guillermo Álvarez y la afición tacuarinera fue el 31 de enero de 1951 en Culiacán, Sinaloa con serpentina de alta calidad de Alfonso “La Tuza” Ramírez llevó a los Tacuarineros de Culiacán a la segunda victoria por el título de la Liga de la Costa de la Temporada 1950-51, con marcador contundente de 4 carreras por 1 esta tarde en el Estadio Local. Ramírez estuvo fantástico lanzando el confeti aceptando solo 5 hits, uno de ellos cuadrangular del hermosillense Claudio “El Sordo” Solano en la novena entrada que solo sirvió para no dejar en blanco el casillero de los Ostioneros que solo habían anotado 2 carreras en 18 entradas; Alfonso Ramírez ponchó a 3, regaló 1 base por bolas y en el cuadro su equipo jugó con un error del segunda base Vargas. Por los Ostioneros lanzó el zurdo nayarita Aurelio Espericueta que aceptó 6 hits, otorgó 3 pases gratis y ponchó a 3; fue relevado por Ramón “Manito” Román sin cargos de carrera, aunque permitió 3 hits.
Los Tacuarineros que van rápido y veloz hacia el Campeonato anotaron desde la primera entrada cuando Álvarez es dominado por Espericueta en rola a la segunda base, Vargas y Jiménez se embazaron con bolas malas acusando cierto nerviosismo el lanzador ostionero; Graham entrega el segundo out con sonoro ponche y cuando las cosas parecían arreglarse para Don Aurelio, Cash truena cañonazo de hit por el jardín izquierdo que el jardinero Solano recoge y lanza un tiro perfecto al guante de Gaspar; sin embargo, la esférica llega ligeramente tarde siendo imposible evitar la primera anotación en los fierros de Vargas. Acto seguido Bockman saca rola inofensiva por el short stop a la cual Villarreal le juega muy inseguro permitiendo que “Moscón” pase raudo por la registradora para la segunda anotación y el público feliz. Después de una grandiosa ovación para “Chorejas” por su jonrón del día anterior, Espericueta le otorga la base por bolas llenándose de tacuarineros las bases, sin embargo, Héctor Lara es retirado en elevado al short Villarreal para que termine el suplicio de los del puerto sonorense.
En la cuarta entrada Héctor Lara le descubre una curva a Espericueta y se la manda a viajar por el jardín izquierdo para la tercera anotación, que ponía las cosas más fáciles y tranquilas para “la Tuza” que seguía sacando outs que era un contento. En el octavo cae la última anotación de los culichis cuando inicia la tanda Guillermo “Huevito” Álvarez con hit doble por la raya del jardín izquierdo; en esta ocasión, Molinero no lo piensa mucho y manda a Ramón Román a sustituir a Espericueta que lucía cansado y sin bríos en la loma. Acto seguido Vargas se sacrifica con toque hacia el pitcher avanzando “el producto de gallina” a la tercera. Así las cosas, Manuel “Shorty” Arroyo ordena la jugada suicida del “squezze play” con soberbio toque de “Moscón” Jiménez que permite llegar quieto al torpedero “Huevito” Álvarez con la cuarta anotación y el público feliz otra vez. A continuación, Graham es dominado en rola al segunda base siendo forzado Jiménez en segunda y llegando safe el norteamericano a la inicial; Cash a continuación conecta su tercer hit del juego, pero Bockman es retirado concluyendo la amenaza de los culichis pisando su cuarta carrera del juego.
El 3 de febrero de 1951 otro de los días inolvidables de Álvarez, era el séptimo partido, Culiacán quería que fuera el del gane. Inicia la octava en su parte baja el “Negro” Morales con elevado al prado derecho para el primer out; a continuación, Guillermo “Huevito” Álvarez que había estado muy serio en el juego conecta un doblete valiosísimo por la raya del jardín derecho; Donoso enfrentaría a Vargas que ya le había conectado doblete, jonrón y sencillo; ¿podría conectarle el cuarto? se miran fijamente, el partido podía definirse ahí; en segunda se encuentra la carrera del despegue; “Molinero” Montes de Oca deja a que Don Lino enfrente al peligroso Vargas, después de todo aún no completa los 100 lanzamientos. En cuenta de 1 bola y 1 strike con gran estilo Vargas manda la esférica detrás del primera base tomando Lara la bola con rapidez haciendo un estupendo tiro a la registradora, el ampáyer se tarda un poco en marcar, la jugada es… ¡safe!, la locura en el Estadio; Vargas mientras tanto llega hasta segunda. El siguiente bat es el héroe del jardín, “Moscón” Jiménez, quien saca un machucón por segunda base llegando quieto a primera pasando Vargas a tercera. Molinero no aguanta más y saca la grúa para traer del calentadero a Julio Alfonso a fin de lanzarle al” Mulo” Graham. El partido está 4 a 3 a favor de Culiacán y hay un out en la pizarra con hombres en tercera y primera. Graham inteligentemente pesca un lanzamiento a Don Julio y la bola cruza rauda por el centro del diamante al jardín central llegando la carrera del candado para el Campeonato… el estadio es un manicomio continuado. Alfonso concluye la entrada dominando a Cash con ponche y a Bockman con rola a segunda.
Manuel “El Negro” Morales está listo para la última entrada, la del título y animado por el público retira sin problemas el capítulo dominando a Leo Rodríguez en elevado al jardín derecho; a Ritchey en elevado al jardín izquierdo y con un soberbio ponche a Barney Serrell que fue festejado a coro por los miles de fanáticos en el Estadio, Culiacán un digno Campeón y Guaymas un gran contrincante sin lugar a dudas.
El 8 de enero de 1954, otra fecha destacada de Álvarez, el equipo de Culiacán abre serie con Naranjeros; “Chuy” Moreno inicia por los Tacuarineros y Ronnie Smith lo hace por Hermosillo manteniendo sin hit al equipo visitante durante los primeros tres innings; en el cuarto Armando Sánchez se convierte en el décimo retirado en fila, pero Guillermo “Huevito” Álvarez conecta jonrón en el turno siguiente rompiendo la cadena. “Moscón” Jiménez es ponchado para el segundo out, pero Milton Smith se embaza por golpe y a continuación Johnny Ritchey se vuela la barda para impulsar la segunda y tercera carreras. En la cuarta entrada se arma un escándalo por una supuesta interferencia de Milton Smith en un intento de doble play de segunda a primera por parte de David García; se lanzaron algunos botellazos al campo por el público inconforme. Hermosillo pierde su cuarto juego en fila por marcador de 4-3.
El miércoles 13 de enero de 1954 se realiza el Juego de Estrellas en la Liga de Costa temporada 1953-54, la selección Sur está integrada por Guillermo Álvarez (ss), Barney Serrel (2b), Epitacio Torres (rf), Dick Hall (cf), Ángel castro (2b), Milton Smith (3b), Johnny Ritchey (c), Ray Zonta (lf) manager “Memo Garibay”, de Mazatlán.
En la temporada 1954-55 Los Tacuarineros más o menos se sostuvieron al término de la primera mitad de la temporada estacionándose a 3.5 juegos del líder Hermosillo; pero la segunda etapa fue fatal para Culiacán ganando 13 y perdiendo 27 en una de sus peores intervenciones en la Liga. Froylán “Nanny” Fernández empezó como timonel del club, pero tras las raquíticas victorias Carlos “Caliquín” Gómez entró al relevo terminando sin pena ni gloria. En realidad, el equipo no lucía tan mal como se veía en el standing, empezando con Guillermo “Huevito” Álvarez(ss), Faber(cf), Milton Smith(3b), René González(1b), Art Pennington (rf), Nanny Fernández(2b), Héctor Lara (lf) y Alonso Ceballos (c); también participaron “Moscón” Jiménez, “Chino” Sepúlveda y Jesús “Chanquilón” Díaz (proveniente de Hermosillo). En la tabla de mejores bateadores, solo sobresalió Milton Smith, lo cual refleja la carencia de pelotas en la tierra prometida por parte de los miembros del Club “Culichi” que al parecer todos tuvieron su peor temporada.
En aquellos años se disputaba el campeón invernal realizando un Juego de Estrellas entre los mejores jugadores de la Liga Invernal Veracruzana y el circuito costero del Pacífico. El primer partido se verificó en Ciudad Obregón ganándolo la LIV y la revancha sería en México, DF, en el recién inaugurado parque del Seguro Social. Las dos poderosas escuadras salieron al campo aquel día martes 28 de diciembre de 1954 participando los siguientes jugadores: VERACRUZANA: Vinicio García (3b), M. Juárez (lf), J. Lipon (ss), Beto Ávila (2b), A. Grunwald (1b), Mario Ariosa (rf), R. Parker (cf), J. Robertson (c), A. Flores (C), G. Peña (lf), B. Hooper (p), Mike Murszowski (p), G. López (p), M. Garver (p); Manager: Carlos Galina. COSTA DEL PACIFICO: Benjamín Valenzuela (3b), Milton Smith (2b), Marvin Williams (cf), Joe Brovia (rf), G. Schmeez (lf), Claudio Solano (lf), Ángel Castro (1b), V. Jones (1b), S. Hairstone (c), Hal Smith (c), Guillermo “Huevito” Álvarez (ss), Procopio Herrera (p), Guillermo Luna (p), John André (p), Panchillo Ramírez (p), G. Bearden (p), Leo Rodríguez (ss), Felipe Montemayor (cf); Manager: Memo Garibay.
Otra de las hazañas de “Huevito” Álvarez en la Liga de la Costa del Pacífico es lograr ser líder en bases robadas en tres temporadas consecutivas, en 1953-54 se estafó 14, en 1954-55 logra 16 y en el invierno de 1955 se roba 11, esta vez comparte el liderato con su compañero de equipo Alfredo “Moscón” Jiménez.
Los Tomateros de Culiacán de 1955-56 tenía en su equipo a: José Luis Padilla (rf), Barney Serrel (2b), “Moscón” Jiménez (lf), “Chanquilón” Díaz (cf), Rudy Regalado (3b), Joe Matko (1b), Héctor Lara (lf), Guillermo “Huevito” Álvarez (ss) y Alfonso Ceballos (cátcher).
Para el juego de Estrellas dela temporada 1955-56 contra la Liga Invernal Veracruzana, la Liga de la Costa, dio a conocer el siguiente lineup: Leo Rodríguez (3b), Bernie Serrel (2b), Marvin Williams (1b), Joe Brovia (rf), Jim Lemon (lf), Bob Bowman (cf), Earl Averill (re), “Huevito” Álvarez (ss), Al Schroll (p).
El roster de los Tomateros en la temporada 1956-57 era, Ángel Castro, Barney “El Grillo” Serrell quien tuvo que abandonar el club en las primeras series debido a que lamentablemente atropelló a un ciclista el que finalmente perdió la vida; salió después libre bajo fianza que fue pagada por los Cañeros a cambio de ponerse el uniforme de Los Mochis, para suplirlo, llega Milton Smith. En la tercera base el novato Jesús Bustamante que se alternaba con José Cortés y Jim Davenport, Alex Cosmidis, en segunda; el siempre seguro Guillermo “Huevito” Álvarez hace tiempo que era dueño del short; la receptoría con el experimentado Ebba Saint Claire con ayuda de Nío González.
En los jardines Floyd Robinson en el central, Chorejas Bravo en el left y a “Moscón” Jiménez en el derecho, además José Luis Padilla, “Plátano” Hernández y “Chino” Sepúlveda. Como lanzadores los siempre fieles Tomás Herrera y Tomás Arroyo, al norteamericano Dominic Zanni, el novato Alberto Calvillo y en los relevos José Héctor “Pepino” Azamar.
En la séptima serie, Mazatlán les ganó por limpia a los Tomateros en Culiacán sucediendo una fuerte trifulca en el segundo desafío el viernes 30 de noviembre de 1956. Un gran batazo de Ángel Castro fue atrapado por Epitacio “La Mala” Torres en los linderos de la barda yéndose al otro lado con el impulso; el juez Zenona Castro marcó out y se armó la discusión; fueron expulsados Tomás Arroyo, Guillermo “Huevito” Álvarez y “Moscón” Jiménez de Culiacán, tras lo cual el público empezó a arrojar todo tipo de objetos al ampáyer que no tuvo más remedio que declarar el forfait; la victoria por reglamento de 9 por 0 fue acreditada al lanzador Al Grunwald.
La temporada 1957-58 Culiacán renovaba su line up dando oportunidad a nuevos jugadores nacionales como el jardinero Francisco Serna, el tercera base Jesús Bustamante y el segunda José Cortés. El inmortal Guillermo “Huevito” Álvarez seguía en el short stop, el norteamericano Larry Osborne en la primera base y los jardineros Alfredo “Moscón” Jiménez, “Plátano” Hernández y José Luis Padilla completaban la novena. Recibe al tercera base Leo Rodríguez que pasó a la segunda y de Benjamín “Papelero” Valenzuela que se hizo cargo de la tercera, haciendo realidad el sueño de contar con lo mejor del infield mexicano en aquellos años, que jugó solo una serie pues Rodríguez se fue.
Tomás Arroyo que ganó 69 partidos y perdió 51 en su estancia siempre con los Tomateros en la Liga de la Costa del Pacífico anunciaba su retiro, a la par que otro ilustre “tomatero” se despedía para siempre de la Liga de la Costa, era Guillermo “Huevito” Álvarez; quien dejó constancia de su calidad en los parques de la pelota costeña, en ese juego del adiós, en la décima entrada del partido del día 14 de diciembre, Álvarez conectó el hit doble impulsando a José Luis Cortés con la carrera de la victoria dejando en el terreno a los Naranjeros en un triunfo de 7 a 6; fue líder en la temporada con dobles llegando a 19.
Guillermo Álvarez saboreo las mieles del triunfo en ambas ligas, en la Mexicana del Pacífico en 1946 es el novato del año, en 1947 logra pertenecer a la novena ideal de fildeo pero como tercera base, logrando un porcentaje de .961, en 1948 repite en la novena ideal de fildeo pero ya como short stop con un porcentaje de .966, en 1950 nuevamente es parte de los mejores guantes logrando .960 de porcentaje en fildeo, repite color en 1951 con .957, en 1952 lo logra con .956 vuelve a estar en la novena ideal de fildeo con .965 de promedio, también este año es líder de hits dobles con 24, en 1954 nuevamente es el mejor shor stop con .966 de promedio lo gana nuevamente en 1955 con .980 de porcentaje de fildeo y logra ser líder de en tubeys pero ahora con 33, en 1956 otra vez en la novena ideal de fildeo con .962, en 1958 logra ser el mejor para corto con .978 en que sería el último de su carrera. Todo un amo y señor del campo corto.
En la Liga Mexicana de Verano vivió un campeonato con el Águila de Veracruz en el año de 1952, por 5 campeonatos que gozó con los Tacuarineros en la Liga de la Costa del pacífico en las temporadas 1948-49, 1949-50, 1950-51 empatados con Guaymas, 1951-52 y la temporada 1955-56 empatados con Naranjeros.
De acuerdo a una encuesta realizada por los cronistas Guillermo “Huevito” Álvarez (6) está dentro del Equipo Ideal de todos los tiempos de la Liga de la Costa al lado de: Agustín “Pijini” Bejerano (8), Barney Serrell (4), Claudio Solano (7), Ángel Castro Pacheco (3), Clinton Courtney (2), Benjamín “Papelero” Valenzuela (5) y Epitacio “La Mala” Torres (9). Pítchers: Daniel “La Coyota” Ríos, Francisco “Panchillo” Ramírez, Whitey “Eddie” Ford, Dick Hall, Manuel “Ciclón” Echeverría, Theolic Smith y Alfonso “La Tuza” Ramírez. Mánager: Guillermo “Memo” Garibay. Coach: Manuel Arroyo.
En todas las plazas en las cuales jugó béisbol “El Huevito” Álvarez, fue admirado por su estilo artístico de “agarrar la bola”; su posición de parador en corto era cargado hacia la intermedia. Salía un roletazo y el público sufría porque atrapaba la pelota, después de que rebasaba su posición. Luego, prácticamente de atrás tiraba a la primera base; pero no desesperado, sino con toda la parsimonia del mundo: un tiro más bien bombeado que recto, su delirio era sacar en primera al corredor “por medio paso”, cuando el corredor intentaba poner el primer pie sobre la almohadilla.
En 1976 ingresó al Salón de la Fama de Monterrey, Nuevo León, junto con su paisano Luis “Molinero” Montes de Oca y al periodista y cronista Fernando Manuel Campos “Fray Kempis”.
Todavía está en el centro de la polémica, entre los que se dedican a la crónica del béisbol y los aficionados a la pelota caliente, quién debiera ser considerado el mejor parador en corto a lo largo de la historia del béisbol mexicano, muchos afirman que es Guillermo “Huevito” Álvarez González. El gran personaje del rey de los deportes que vivió para el “beis”, parador en corto picoso, siempre accesible, atento, bullanguero y jacarandoso como todo buen veracruzano, apenas comparable con Pee Wee Reese, short stop de los Dodgers de Brooklyn y Phil Rizzuto de los Mulos de Manhattan, de la década de los cuarentas.
En su opinión sobre el béisbol actual en México Guillermo “Huevito Álvarez González, manifestaba: “Al inicio de la década de los noventas el béisbol en México ha dado un brinco significativo, había muchos años de estancamiento y ahora se ve otra fisonomía de los peloteros y del mismo interés por participar, en los diversos campeonatos, hay prospectos para contar con un buen equipo competitivo, a los cuales estoy convencido que les ha faltado dirección técnica”.
Álvarez expuso seis puntos a través de los cuales examina, desde su vasta experiencia, el béisbol mexicano:
En primer término, para procurar una mejor calidad en el diamante, “Huevito” Álvarez estima que el manager del equipo nacional debe ser, como ahora, profesional: “la experiencia es vital”.
En segundo término, debe reducirse la edad en los torneos de mayores, Según su punto de vista, debe reducirse la edad a no más de 25 años “pues de otra forma los veteranos quitan oportunidades a los jovencitos y finalmente, se trata de que éstos sean los que jueguen, porque son los que van a servir para selecciones nacionales” Los mayores de esta edad, comenta, podrían jugar en otra categoría o de plano en veteranos. “El que quiera ser profesional debe serlo a los 25 años” Y agrega: “Pero si quiere seguir jugando como amateur para viajar por diferentes países, que se dedique a otra cosa”.
Para el propio Álvarez, muchos jugadores no se convierten en profesionales nunca porque en las ligas donde juegan reciben buenos billetes: es decir, juegan como amateurs-profesionales sin tener que asumir la responsabilidad del profesionalismo en el béisbol organizado de paga.
El “Huevito” deplora que muchos peloteros no lleguen a los torneos en máxima condición física “Uno de los problemas más graves es el conformismo de muchos peloteros” Es, lamenta, un mal generalizado.
Agrega: “Se deben de exigir ciertas condiciones para elegir a los peloteros, si se está futureando, deben eliminarse peloteros de 1.50 de estatura y 80 kilos de peso, pues además de verse muy mal, pocas o nulas posibilidades tendrán ante jugadores altos, jóvenes y fuertes como los que presentan las mejores novenas del mundo.
Expresa que a pesar de que ha visto buen béisbol en estos campeonatos, hay mucha distancia aún entre el béisbol profesional y el amateur en México.
Desde el punto de vista del profesionalismo, el trabajo tiene que ser sistemático, se juega con cifras para obtener mejores contratos, premios y otros estímulos económicos El amateur, en una gran mayoría de casos, juega al béisbol por pasatiempo, por mero gusto o bien para llevarse uno pesos cada fin de semana jugando tres o cuatro partidos lo que le reditúa un buen sueldito.
Y hace un reclamo a aquellos dirigentes o buscadores que engañan a los amateurs diciéndoles que son lo máximo, que pronto estarán listos para la liga mexicana y luego para las mayores. Las cosas deben ubicarse en su lugar No falta quien engañe al muchacho diciéndole que está listo para liga grande y luego se da cada desengaño, en el que el jugador es el que la paga, a los otros ni les interesa sólo lo hacen para firmarlo sin importarles, finalmente, el futuro del pelotero.
Y es este sentido, el béisbol profesional ha hecho enorme daño al amateur Se da el caso de que, en las ligas rurales, por ignorancia o por deslumbrón, muchos peloteros campesinos son firmados por buscadores profesionales sin importarles a éstos el daño que hacen con el muchacho, quien al final de cuentas se queda sin ser amateur ni buen profesional. Claro, si sale bueno, lo aprovechan y ya: les salió muy barato pues lo firmaron por unos cuantos pesos y la promesa de llevarlos a ligas grandes profesionales.
Un caso lamentable fue la mentada Academia de Pastejé, que en sus diez años apenas logró colocar al derecho “Chabelo” Ceceña en los Reales de Kansas City Esto habla de un fenómeno que habla mal de los instructores de esa academia creada por el alto comisionado de la Liga Mexicana, Alejo Peralta.
Salvo las excepciones a esta norma, por supuesto, el “Huevito” Álvarez está convencido de que la raíz del mal está en hacer managers “a jugadores que no saben ni cómo se llaman: ¿qué pueden enseñar?”, y más: No pueden enseñar nada, y menos al jugador extranjero, por eso estos están firmes, saben que no les pueden enseñar nada, sencillamente porque no saben más que ellos.
Para él, la Liga Mexicana, debido a estos aspectos, “ha bajado 30, 40% en cuanto a calidad: han querido hacer managers a jugadores que no saben ni como se llaman”.
El “Huevito” Álvarez escribió un libro sobre los principios del béisbol, para venderlo a los que se inician en este deporte y quiso que la Comisión Nacional del Deporte lo publicara y lo difundiera, sin lograrlo.
Don Guillermo “Huevito” Álvarez, fue reconocido como “la muralla del campo corto”, oriundo de San Andrés Tuxtla, Veracruz, pero arraigado en Culiacán, Sinaloa, trabajó muchos años en la Dirección de Deportes del gobierno del Estado de Sinaloa. En esa ciudad falleció el 27 de noviembre de 2005.