El béisbol siempre estuvo en mis gustos y aficiones. En mi juventud después de trabajar, acudía por las noches a presenciar los juegos de baseball de los Naranjeros, en el antiguo parque Fernando M. Ortiz (Casa del Pueblo), de mi natal Hermosillo, donde me relacione con Rafael “Gordo” Campoy, quien me presentó con los directivos del club, que en ese tiempo presidía el Sr. Matías Cazares y llevaba la gerencia el Sr. Pedro Ortiz “El Pichel”, gran conocedor del baseball.
Pero déjenme comentar algo del porqué mi afición por la pelota. Mi padre Federico F. Valenzuela Galindo y mis hermanos Pedro y Roberto Valenzuela Trujillo tuvieron una intervención muy importante en la Liga de la Costa del Pacifico como directivos. La pasión que despertaba en toda la región era generalizada. Eso motivó en mí el gusto y agrado por los deportes y en especial por el beisbol.
Debido a mi continua asistencia a los juegos y a la perseverancia y entusiasmo en estar cerca del equipo, cada día tenía más relación con ellos, por lo que finalmente me pidieron me hiciera cargo del Club Naranjeros, lo que fue para mí un gran paso. Guardo hacia ellos agradecimiento y una gratísima memoria.
Hay que recordar que la Liga de la Costa llegó a Hermosillo en 1945. Durante los primeros años el club fue conocido como Queliteros, posteriormente como Presidentes y sólo a parir de los cincuentas es cuando tomó el nombre de Naranjeros.
En la temporada 1964-65 recibí el control y la responsabilidad de la organización y me convertí en el Presidente. Mis primeras determinaciones fueron en el sentido de formar un grupo directivo competente, basado siempre en una relación de amistad y confianza. Las gentes que se unieron a este esfuerzo fueron: Agustín Hurtado, Tadeo Iruretagoyena, Luis Acosta Mazón, Roberto Encinas Valenzuela, German Tapia, Ignacio y Ernesto Cadena Beraud y Rafael Acosta Mazón. Con este grupo me hice responsable del manejo integral del equipo, dedicando el mayor de nuestros esfuerzos en administración, finanzas y aspectos técnicos deportivos.
Esta directiva trabajo conmigo hasta el año de 1985, mi reconocimiento a todos y cada uno de ellos por su esfuerzo y dedicación. Comparto con ellos el éxito obtenido.
LA LIGA Y SU SOLIDIFICACIÓN.
Participe en el beisbol organizado primeramente en la Liga de Sonora, que después se convirtió en la Liga Sonora-Sinaloa, para finalmente convertirse en lo que hoy es la Liga Mexicana del Pacifico. El presidente de la Liga en esos días era Horacio López Díaz “El Macacho”, con quien tuve una profunda amistad y respeto. Participe intensamente en la organización, constitución, reglamentación, operación y mercadotecnia de la liga. Se creó un lazo fuerte con los demás equipos y directivos. Finalmente logramos una liga profesional, organizada y exitosa que es el pilar de lo que hoy existe.
Fueron también importantes mis relaciones con la Liga Mexicana de Beisbol, tuvimos convenios y relaciones deportivas con la organización Charros de Jalisco y su presidente el Dr. Álvaro Lebrija, también con la organización Diablos Rojos de México y su presidente Ángel Vázquez “El Gallego”.
Establecimos relaciones con el Alto Comisionado del Baseball, Bowie Kuhn y el Bobby Maduro, Director para América Latina.
CAMPEONATOS.
En 20 años, se obtuvieron 5 campeonatos de Liga, 3 subcampeonatos y obtuvimos por primera vez el campeonato de la Serie del Caribe, teniendo como managers a:
- 1970-71 Maury Wills
- 1974-75 Benjamin Reyes
- 1975-76 Benjamin Reyes
- 1979-80 Benjamin Reyes
- 1981-82 Tom Harmon
LOS PERSONAJES DEL CLUB
Miembros distinguidos, que considero claves en mi paso por el béisbol.
- Guillermo Garibay. Recuerdo primeramente a Memo, quien fue mi primer gerente deportivo. Me ayudo con el manejo de los peloteros, con las situaciones económicas, contrataciones, es decir todo lo relacionado con la parte técnica deportiva. Persona muy importante en la conformación de los primeros equipos y la base de los futuros campeonatos
- Leo Rodríguez. Contratado como tercera base, líder el equipo, mi figura principal –el Caballo de la organización- en su época, lo que posteriormente fue Espino para el equipo.
- Héctor Espino. Mi compadre, mi amigo. Caminamos de la mano en este capítulo deportivo. El jugador más importante de México y líder indiscutible del equipo naranjero. Mi éxito y el de Naranjeros está ligado necesariamente a su nombre.
- Maury Wills. Un manager de excepción. Vino a revolucionar el beisbol en México, fue el mentor y maestro del gran manager sonorense Benjamín “Cananea” Reyes. Llevó durante su estadía en México el deporte a un nivel inusitado, líder del club house, formado siempre por jugadores y no solo por nombres.
- “Cananea” Reyes. Gran jugador, gran manager, gran directivo y gran amigo. Manager campeón de la Serie del Caribe en República Dominicana.
Muchos otros peloteros se vienen a mi memoria, pero recuerdo con satisfacción a Celerino Sánchez, Alfredo Ortiz, Miguel Sotelo, Sergio “Kalimán” Robles, Maximino León, Francisco Barrios y Miguel Gaspar. Algunos extranjeros que sobresalieron: Bob Darwin, Bump Wills, Orestes Miñoso, Denis O’toole, Chester Lemmon.
Quiero destacar que en mi gestión tuve el apoyo de dos grandes organizaciones de Grandes Ligas: Dodgers de los Ángeles y Medias Blancas de Chicago, con quienes establecimos muy efectivos convenios de trabajo. Agradezco a Al Campanis y al Rolando Hemmond por su valiosa cooperación y ayuda, sin ellos hubiera sido muy difícil elevar el nivel de nuestro querido equipo.
ESTADIO HÉCTOR ESPINO.
El equipo venia jugando en el “Fernando M. Ortiz”, un estadio construido en 1935, con un aforo de 5000 aficionados, ubicado en las instalaciones deportivas conocidas como la Casa del Pueblo.
Después de nuestro primer campeonato (70-71) se hacía importante tener un nuevo estadio. El gobierno de Sonora entendió esto y apoyó la construcción del nuevo parque de pelota, que fue inaugurado en 1972. Tenía un aforo de 15,000 aficionados. Dos años después celebraríamos por primera vez una Serie del Caribe en este recinto.
Esa Serie del Caribe y el caminar de lado a los circuitos de Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana, considero como una de las iniciativas que más favorecieron a la cimentación, expansión y gusto por el béisbol en los estados de Sonora y Sinaloa, así como Baja California y de alguna manera en todo nuestro país. Esos primeros pasos internacionales estuvieron llenos de obstáculos, pero la Liga, con su Presidente Horacio “Macacho” López y los directivo de los equipos estuvimos a la altura y sacamos adelante la responsabilidad.
Después del campeonato histórico de Naranjeros en la temporada 1976 y luego el campeonato en la Serie del Caribe, primero para México, se decidió darle nombre al nuevo parque. El nombre elegido no pudo ser mejor ni con mayores merecimientos: Estadio Héctor Espino. Se celebrarían en el estadio cuatro Series del Caribe.
SALON DE LA FAMA DEL BEISBOL MEXICANO
En julio de 2008 ingresé al templo de los inmortales del beisbol mexicano, por el favor de los electores que se fijaron en los logros obtenidos como directivo y por mis éxitos con la organización Naranjeros de Hermosillo. Lo cual considero un gran honor que vino a coronar mi paso por el béisbol, al que siempre le he tenido un cariño muy especial y me ofreció tantas satisfacciones en mi vida.