¿Qué haces ahí?

Crónicas beisboleras por Jaime Palau Ranz

La temporada de 1998 fue fantástica para los Guerreros de Oaxaca, era apenas su tercera en la Liga Mexicana de Béisbol, en el último mes de campaña regular ganaron 17 de 22 juegos y llegaban por primera vez a postemporada, su primer rival fue Diablos Rojos del México, amplios favoritos por haber tenido un mejor récord ganador en la temporada regular y por contar con mejores jugadores.

Desafortunadamente para los pingos, hermanos mayores de los bélicos, contra el trabajo en equipo y el momento que vivía Guerreros era difícil competir, la serie terminó en 6 encuentros, gran coraje pasó Roberto Mansur ya que Diablos era su prioridad y la apuesta principal para ganar el campeonato.

En la segunda ronda el contrincante sería el hueso más duro de roer, los Sultanes de Monterrey, el equipo con mejor diferencial de ganados y perdidos de la temporada, para el sexto juego de la serie, Sultanes tenía ventaja sobre Oaxaca 3 juegos a 2, fui invitado por la directiva Guerrera a acompañarlos a Nuevo León a presenciar ese importante encuentro, viajé con Roberto Castellón Yuen, Gerente del equipo.

Después de hospedarnos y comer, asistimos a la práctica del equipo en el precioso estadio Monterrey, es impresionante ver sus dimensiones con 3 pisos de tribunas y un diseño pensado en tener en esa industriosa ciudad un equipo de grandes ligas, se revisó la estrategia de juego con el manager Nelson Barrera.

Se analizaron los números de cada pitcher de relevo, cuantos innings o lanzamientos podían tirar considerando lo acumulado en su brazo en la temporada, se revisaron las estadísticas de los peloteros del equipo contrario, destacando sus fortalezas y puntos débiles, qué lanzamientos les hacían daño, para saber cómo enfrentarlos, sobre todo en situación de apuro, no se dejó nada al azar para que la estrategia fuera efectiva.

Antes de empezar el juego subimos al palco asignado a la directiva, se encontraba cerca del terreno de juego, justo arriba del dugout visitante, tenía 16 asientos en 4filas, con un pasillo de escaleras dividiéndolo justo al centro, los que disfrutamos el juego desde ese lugar privilegiado fuimos los siguientes.

Vicente Pérez Avellá Villa, presidente del equipo, Eduardo Treviño, presidente de los Broncos de Reynosa y propietario de un restaurante muy popular en Monterrey especializado en cabrito norteño, la esposa del lanzador de Guerreros Marino Cota, ella era una atleta destacada de nuestro país ya que había competido en juegos olímpicos, su físico así lo demostraba, Roberto Castellón Yuen y su servidor, Jaime Palau Ranz.

Después de ganar Guerreros el cerrado juego, acudimos a cenar con todo el equipo al restaurante de Lalo Treviño, quien desafortunadamente, años después sufrió el secuestro y muerte de uno de sus nietos y terminó dejando esa otrora maravillosa ciudad para emigrar a los Estados Unidos.

En esa cena, Vicente Pérez Avellá nos pidió a quienes habíamos asistido al palco, acudiéramos al séptimo y definitivo encuentro y nos sentáramos en las mismas butacas para no cambiar nada de la suerte, es más, dijo que de preferencia nadie se bañaba y vestir la misma ropa, me pregunté si era un poco supersticioso.

Le comenté que debía tomar un vuelo a la Ciudad de México al día siguiente por una cita pactada con los directivos de una fábrica proveedora de mi empresa y no podía faltar, además mi familia tenía el itinerario de mi viaje, terminando de cenar nos retiramos a descansar Roberto Castellón y yo.

A las 6 de la mañana tocó la puerta del cuarto de hotel un enviado de Vicente, tenía la misión de cambiar mi vuelo para un día después y comunicarse a la fábrica para reprogramar la cita, que le proporcionara mi boleto y los números telefónicos para comunicarse,pero no me iba yo de Monterrey, y al que le den pan que llore, si el béisbol es mi pasión me dejé consentir y con gusto me quedé sin avisarle a nadie.

Durante el día, fuimos al Salón de la Fama del Béisbol en la Cervecera Moctezuma, después al estadio para que se pusieran de acuerdo las directivas en cuanto al reparto de la taquilla, así está estipulado que se haga en caso de un séptimo juego en las rondas finales, a continuación, acudimos a una estación de radio donde entrevistaron a Roberto.

Agresivamente le insistían que Sultanes nunca perdió dos partidos seguidos en su casa esa temporada, sin engancharse ni perder la calma, les hacía ver que siempre hay una primera vez y que la moneda estaba en el aire, después de comer acudimos al estadio a ver la práctica y a disfrutar del juego, todos en el palco nos sentamos en las mismas posiciones del día anterior.

El juego fue perfecto para nosotros y eliminamos al mejor equipo, logrando lo que nadie había hecho, derrotarlo 2 días seguidos y en 3 de 4 juegos que ahí se habían celebrado, toda una proeza, ya nadie los pararíay a la postre ganaron el campeonato.

En cuanto cayó el último out, bajamos felices al terreno de juego, todos los medios de comunicación se arremolinaban para obtener una entrevista, a mi izquierda hablaban con Vicente Pérez Avellá por radio, a mi derecha, ESPN entrevistaba a Roberto Castellón, como era de imaginarse todo Oaxaca había visto por esa estación deportiva el juego pues el furor era increíble.

Como no me podía mover ya que estaba en medio de los micrófonos, salí enfocado, creo que habían pasado 30 segundo cuando me llama mi familia y un minuto después, el Gobernador del Estado de Oaxaca, Lic. Diódoro Carrasco Altamirano, y la pregunta en ambos casos fue la misma, ¿Qué haces ahí?

Para mi familia estaba en la Ciudad de México viendo el juego por televisión después de un arduo día de trabajo, ¿saben qué? valió la pena haberme quedado y ser testigo de primera mano de uno de los momentos más importantes en la historia de la franquicia de los Guerreros de Oaxaca.

Si desea contactarme favor escribir a jpalau.cronistadeportivo@gmail.com

Facebook: Jaime Palau Ranz

Seguiré comentando la próxima semana.