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A Fondo

Para Reggie Jackson, Birmingham es dolor

Reggie Jackson

Reggie Jackson sufrió el racismo en Birmingham, Alabama. Lo contó en la previa del juego de Rickwood Field entre Cardenales y Gigantes.

Por Mari Montes / @porlagoma

Miami, FL.– Honrar el béisbol de las Ligas Negras y a Willie Mays, fue el motivo central del juego ocurrido en el Rickwood Field, en Birmingham, Alabama, la noche del jueves 20 de junio de 2024.

Primer juego de beisbol de Grandes Ligas en ese escenario; el mundo del béisbol estaba pendiente de todo cuanto acontecía en el parque de pelota profesional más antiguo de los Estados Unidos.

Durate tres días estuvimos viendo imágenes del estadio, leímos historias sobre las leyendas que jugaron en esas instalaciones desde que fue inaugurado en 1910, escuchamos testimonios emocionados sobre el significado de reconocer a esos jugadores de los tiempos de la pelota segregada.

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Dio la impresión de que aquellos días habían quedado muy lejos, muy atrás en la historia … hasta que en la transmisión de FOXSports, con los ex jugadores y miembros del Salón de la Fama, Derek Jeter y David Ortiz, el periodista Kevin Burkhardt y Álex Rodríguez, ante una pregunta de este último, Reggie Jackson dio una respuesta que sonó más fuerte que su bate golpeando las pelotas que se fueron a las gradas.

Estaban esperando escuchar algún recuerdo bonito de sus juegos ahí, cuando estaba en las menores de los Atléticos de Oakland, pero en la memoria de Reggie Jackson Birmingham es dolor.

“Volver aquí no es fácil. El racismo, cuando estuve aquí, la dificultad de pasar por los diferentes lugares por donde viajábamos…me pregunto ‘¿crees que eres una mejor persona, crees que ganaste cuando jugaste aquí en Concord?’ Dije ¿sabes? ¡Nunca querría volver a vivirlo! Entraba a los restaurantes y me señalaban y decían: ‘El negro no puede comer aquí’. Iba a un hotel y me decían; ‘El negro no puede quedarse aquí’. Fuimos al Country Club de Charlie Finley (entonces propietario de los Atléticos) para una cena de bienvenida en casa y me señalaron usando la palabra con ’N’; ‘Él no puede estar aquí’…Finley sacó a todo el equipo, finalmente me dejaron entrar, él (Finley) dijo ‘vamos a ir al restaurante a comer hamburguesas, vamos dónde nos quieren’

Afortunadamente, tuve un manager, John McNamara, que dijo que si no podía comer en el lugar, nadie comería. Íbamos a otro sitio. Llevábamos comida para viajar. Si no podía quedarme en un hotel, íbamos a otro hasta encontrar uno en el que me pudiera quedar

Si no hubiese sido por Rollie Fingers, Johnny McNamara, Dave Duncan, Joe y Sharon Rudy…dormí en sus sofás tres o cuatro noches a la semana, durante aproximadamente mes y medio.

Finalmente nos amenazaron con incendiar nuestro complejo de apartamentos, a menos que yo saliera. No se lo desearía a nadie.

El año que vine aquí (Birmingham), Bull Connor fue el shérif el año anterior (Connor fue un político abiertamente racista que apoyaba la segregación racial) y sacaron el béisbol de las ligas menores de aquí, porque en 1963 el Ku Kux Klan asesinó a cuatro muchachas negras, niñas que tenían 11, 12, 13, 14 años en una iglesia, y nunca fueron acusados…La revista Life hizo un trabajo sobre ellos, como su estuvieran siendo honrados. No se lo desearía a nadie.

Si no hubiese sido por mis amigos blancos, si no hubiera sido por un manager blanco, y Fingers, Duncan, Lee Meyers…nunca lo habría logrado.

Yo era muy violento físicamente. Estaba listo para pelear…Me habría matado aquí, porque le habría dado una paliza a alguien, y habría terminado colgado en un roble en algún lugar”.

 


Esto también es un homenaje a las ligas negras, porque esas son las historias de la pelota segregada.

Las palabras de “Mister Octubre” dejaron atónitos a los anfitriones del espacio y a todos los espectadores.

Escuchamos a una de las grandes leyendas del béisbol, alguien a quien muchos de nosotros vimos en su esplendor, narrar el horror que vivió, siendo muy joven, apenas en 1967, 20 años después de que Jackie Robinson, Larry Doby, Roy Campanella, Hank Thompson y Willard Brown debutaran (1947) en las Grandes Ligas.

Y es que en el “sur profundo” pasaron años apoyados en en leyes segregacionistas (Leyes Jim Crow), para mantener discriminados a los afroamericanos. Seguían existiendo lugares a los que no les era permitido entrar y tenían que soportar pasivamente los desplantes.

Lo dijo todo Reggie Jackson, y es importante que lo haya hecho en ese escenario.

Celebrar a la Negro League y a Willie Mays fue una iniciativa para destacar. Fue emocionante ver a los ex jugadores de aquella pelota, sentirse reconocidos; lo merecían desde hace mucho tiempo. Fue muy positivo que jugar en Rickwood nos haya obligado a recorrer su historia; indagar cómo fueron esos años de equipos con hombres blancos y equipos con hombres negros .

Reggie Jackson nos recordó que la barrera racial no fue derribada del todo; para avanzar hay que conocer el pasado.

En el invierno de 1973 y 1974, Hank Aaron recibió amenazas del KKK por ser inminente que dejaría atrás el récord de 714 jonrones de Babe Ruth.

Por eso las palabras de Vin Scully: “Un hombre negro está recibiendo una gran ovación en el Sur profundo, por romper el récord de un ídolo del béisbol de todos los tiempos ¡Qué momento tan maravilloso para el béisbol! ¡Qué momento tan maravilloso para Atlanta y el estado de Georgia! ¡Qué momento tan maravilloso para el país y el mundo!”

 


 

Todavía hay que trabajar en crear consciencia sobre un tema doloroso de un pasado muy reciente.

No terminó en 1947, ni 1967, tampoco en 1974, se ha avanzado, sin duda.

Hablar como lo hizo Reggie Jackson es necesario, ignorar lo que pasó, pretender olvidarlo o restarle dimensión, no cambia lo sucedido.

Hay que contarlo, para que no pase más, para que no se repita.

¡Gracias, Señor Octubre!

 

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