
PABLO ORTEGA “EL MAESTRO”.
Por: Luis Quiñones
Conversar con Pablo Ortega siempre es una oportunidad única de aprender algo nuevo del Béisbol. Recuerdo hace unos meses en el terreno y a una hora del inicio de un juego surgió el tema sobre los mitos de lanzar en estadios con cierta altura sobre el nivel del mar y los efectos que pueden causar los humidificadores para las pelotas… pero de ese tema hablamos después porque hoy se trata de Pablo Ortega “El Maestro”.
Empecemos por ahí. ¿Por qué el maestro, cómo surge el apodo?
“En Cancún empezó todo lo de El Maestro, el apodo lo puso Pepe Marín, cronista de Los Tigres. Yo le pregunté por qué el maestro de dónde había salido esa idea de él de ponerme así El Maestro Pablo Ortega. Y ya me comentó que era la forma de pitchear que era muy parecida al maestro que todos conocemos y que es prácticamente un ídolo de muchos Greg Maddux, el profesor. De ahí vino el apodo.”
¿Dónde surge y en qué momento se despierta ese amor por el béisbol?
“Vengo de familia Beisbolera por parte de mi papá y por parte de mi mamá. Siempre han jugado béisbol. Mi papá jugó béisbol amateur, al igual mis tíos, mi abuelo. Yo creo que ya eso lo traigo en la sangre. Iba a ver los juegos de mi papá los sábados o los domingos que le tocaba jugar. Jugaba softbol también y yo creo que ahí ya empezó la inquietud de querer jugar. De hecho, antes de ir a jugar a la Liga pequeña, la Liga Oriente, también me gustaba mucho el Karate y una tarde pasó mi papá por mí y me dijo, vente, vámonos. Yo pensé que me iba a llevar a las clases de karate, pero me dijo agarra el guante y me dejó en la Liga Oriente y ahí fue donde entró mucho el amor por el Béisbol. De hecho, las prácticas, eran a las cuatro de la tarde y yo ya estaba a las dos y treinta. Iba mucho a ver los juegos de Tecolotes de Nuevo Laredo, con mis abuelos, con mi papá y todo ese entorno, siempre estuvimos rodeados de este bonito deporte.”
¿Recuerdas quién te dijo que ibas a ser pitcher y cuándo te decidiste por lanzar?
“Lo primero que agarramos es un bate. Pero en un juego, viendo a los Tecolotes yo le dije a mi abuelita, que en paz descanse, que un día me iba a ver lanzar ahí. Sin saber todavía que iba a ser pitcher. El que me hizo pitcher a mí fue Don Aaron Cruz. Empecé a pichar como a los doce años, jugaba tercera base, tiraba como decimos pa´l monte, no tiraba muy bien a las bases y pues me buscaron una posición y pues pitchear fue lo que más se acomodó desde los doce o trece años ya de ahí en adelante fui pitcheando, pero no tenía velocidad. Una vez en un juego me quebré el tobillo, estuve un mes con yeso y después de ahí me vino la velocidad, empecé a tirar más duro y fue cuando ya se empezaron a fijar los scouts.”
¿Cómo comienza el camino ya en el Béisbol profesional?
“Yo estaba trabajando en una agencia Aduanal. Dejé la escuela a los diecisiete años y estaba trabajando en la agencia de Fernando García y jugando en la Liga Mayor. Fuimos a un torneo a representar a Nuevo Laredo en un Nacional en Matamoros. Ahí me firma Diablos. Vamos a hacer las prácticas en México, pero no me quedo en la selección y me piden que me quede ahí en México para seguir practicando con el equipo grande. Pero la ilusión mía era ir al mundial. Cuando regreso, me hablan y yo les digo que ya no quiero jugar béisbol y dejé de jugar como un mes. Dije, pues si ya se fijaron en mí, quiere decir que hay algo y ahí ya fue cuando empiezo a seguir jugando. Me ve Andrés Mora, el Pini Jiménez, que era Bat Boy, César Gutiérrez, que fue el que me firma y ya debuto con Tecolotes en el ´95 ya como jugador profesional. En ese año es cuando sale la expansión de Tampa Bay y los Diamondbacks. Tampa Bay me hace un tryout y me firma para ir a Ligas Menores. Todo empieza desde las sucursales en Liga Mexicana. Es mucho sacrificio. Lógicamente no es la paga que todo el mundo piensa que a lo mejor ganan en Ligas Menores. Pero yo creo que todo tiene que ver con las ganas, el querer triunfar, el querer ser profesional. Tienes que sacrificar muchas cosas, el sacrificio de la familia, muchos eventos importantes y ser perseverante para poder lograr tu objetivo de jugar primero Liga Mexicana. Llega la oportunidad de ir a Estados Unidos y la cultura, para empezar, es otro idioma donde tú te tienes que adaptar, con el inglés. Hay dominicanos, venezolanos, puertorriqueños y la verdad que me dejó mucha enseñanza al estar en Estados Unidos, principalmente la disciplina. Si tú quieres ser alguien, si tú quieres lograr algo, tienes que seguir una misma línea. Si tienes algunas distracciones fuera de béisbol, te va a costar demasiado o simplemente te va a sacar de este deporte. El que era mi compañero de ligas menores en la Rookie, en la Clase A y AA, Matt Quatraro es el actual manager de los Reales de Kansas City.”
Después de esa experiencia en Ligas Menores, llegas a Tigres y ese año fuiste novato del año. ¿Qué recuerdas de ese año en Liga Mexicana de Béisbol?
“Estaba en entrenamientos allá en Tampa y ya me llaman para Tigres. Llego y empezando la temporada, nos empieza a ir muy bien. Me tuve que adaptar mucho a los pitcheos. Todavía no tiraba la cortada, pero tiraba el slider, la curva y el sinker. Pero tenía muy buen control en todos los pitcheos. Entonces, me tuve que adaptar mucho al campo. Me tocó media temporada en el Seguro Social y después de ahí nos cambiamos al Foro Sol. Pasamos al playoff y me fue muy bien en la final, relevé el primer juego, lo gané y tiré el quinto juego que lo abrí y también lo ganamos seis a una, contra Diablo y ahí me dieron el jugador más valioso y ya terminando la temporada, al mes, me nombraron el novato del año. Era una gran organización en su momento. Dan Firova era el manager. Convivir y estar con grandes jugadores como Matías Carrillo, Javier Robles, Sergio Omar, Luis Mauricio, Luis Carlos García y Bobby Magallanes, te hacía sentir muy bien protegido porque sabía que contaba con muy buena ofensiva, pero uno también tenía que hacer su trabajo, pero el ser tan buenos todos eso te contagia dentro de un equipo. He sido muy afortunado, muy bendecido en pertenecer a una gran organización. Cada campeonato tiene su esencia. Para mí, el primero es el que te deja uno de los mayores recuerdos con 23 años y enfrentándote a una potencia de equipo como el de Diablos y dominarlo y ser campeón creo que ha sido bastante agradable. En el año 2001 también bicampeones y aunque no tuve la temporada buena que hubiese querido tener o apoyar más a mi equipo porque fue una temporada complicada, pero apoyé y tiré las entradas en los juegos necesarios para avanzar y lograr ese campeonato. En el 2005 fue muy especial porque fue de puro mexicano ahí en Puebla. Nos dimos cuenta todos en el equipo, que con el talento mexicano sí se puede hacer algo muy especial.”
En el 2011 tienes uno de los mejores capítulos en tu carrera fue el juego sin hit ni carreras el 24 de julio en la victoria 10 por cero de los Tigres sobre los Rojos del Águila de Veracruz. ¿Qué necesita un pitcher para lograr una hazaña así?
“Fue un domingo y Omar Rentería fue el cátcher en el juego. En el bullpen tiré unos 25 o 30 lanzamientos para calentar previo al juego y creo que tiré unos diez o doce strikes. Estaba muy descontrolado en el bullpen. Lógicamente ya con el bateador hicimos los ajustes. Y no me di cuenta durante ese juego, ya como en la sexta entrada, hubo una situación que me quisieron tocar la pelota y la Chispa Gastelum me dice, ponte a pitchear, ahorita hablamos en el dugout. Saqué la entrada, ya no me comentó absolutamente nada, pero pocas veces volteaba a ver la pizarra y en eso vi que ya iban puros ceros, igual con juego perfecto y ahí ya empezó el nerviosismo extra, porque siempre hay nervios durante el juego, pero hay que tenerlos controlados. Ya en la novena entrada me sacan el fly, doy base por bolas y ya de ahí saqué los otros dos outs. Es importante la defensiva, el acomodarse muy bien en la secuencia de los pitcheos, igual el cátcher no olvidarse de la secuencia de cada bateador y uno como pitcher los pitcheos importantes para cada bateador sacar los outs tienen que ser en la mera zona, no fallar los pitcheos y estos tres puntos se engranan, para lograr ya sea un juego sin hit o un juego perfecto.”
También fuiste campeón en Liga Mexicana del Pacífico con los Venados de Mazatlán. ¿Cómo viviste esas temporadas de Béisbol Invernal?
“Yo disfrutaba las dos ligas, tanto invierno como la de verano. Estaba en dos muy buenas organizaciones. Fueron 15 años que estuve ahí con los Venados de Mazatlán en los cuales fueron cuatro títulos y seis finales seguidas en un momento se le llamó el equipo de la década. Teníamos un gran equipo de trabajo tanto en pitcheo como en los catchers: Miguel Ojeda, Francisco Campos, Pablo Joel Ochoa, Walter Silva, Heber Gómez… fue una muy buena camada de muchachos en ese entonces, y que lo hacíamos todos con una gran entrega, tirábamos seis o siete entradas, juegos completos. Cada momento, cada temporada, cada partido lo disfruté tanto como en el verano.”
Igualmente, las Series del Caribe son una gran vitrina para los peloteros mexicanos.
“En 2001 fuimos como refuerzo con Culiacán que también se quedó campeón ahí en la Serie del Caribe. Rodrigo López tiró un juegazo y ahí fue el trampolín para permanecer tanto tiempo en Grandes Ligas. La verdad es que éramos nueve del equipo de Mazatlán, que éramos los Venados de Culiacán, así le llamaban en ese momento. Disfruté representar a México, poner en alto a México, la verdad que fui muy contento de ser parte de todas esas veces que fui refuerzo dos veces de refuerzo con Culiacán y uno con Hermosillo.”
Además de Serie del Caribe estuviste en otros eventos internacionales como Juegos Centroamericanos y Panamericanos y participaste en los dos primeros Clásicos Mundiales en 2006 y 2009. ¿Cuánto tuvo de especial esa experiencia?
“No jugué Grandes Ligas, pero el trato con los compañeros que tenía a mi alrededor ahí era de jugador de Grandes Ligas y la verdad que lo disfruté mucho. A veces en pláticas, se recuerdan momentos cuando Mario Valenzuela le da el Home Run a Roger Clemens. Y son momentos importantes. Es un evento de tal magnitud como los mundiales de fútbol. La gente ya se identifica, ya espera ese momento. Ahora con el papel que hizo México con Benjamín Gil al frente del equipo, fue algo sorprendente que nos dejó a todos bien marcados de que, si todos hacen lo que les corresponde en su momento, se pueden lograr muchas cosas. Se quedó muy cerca de estar en la final y yo tengo la certeza y la seguridad de que en el próximo México va a estar ahí.”
Te retiras como jugador activo en el 2019 con 42 años de edad. ¿Fue muy difícil tomar la decisión de decir adiós?
“Fue un domingo, pero no me acuerdo exactamente la fecha. Estábamos en Oaxaca. Hice un relevo y lo hice bien. Ya no quise esperar marcadores abiertos para esperar la oportunidad de lanzar cuando en toda la carrera había sido protagonista. Llega el momento en que hay fila de muchachos jóvenes con gran talento y esa fue la decisión porque no quería esperar a marginar una carrera bonita como para terminar mal. Yo creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado.”
Pero rápidamente seguiste tu carrera como manager y coach de pitcheo.
“Llegó todo muy rápido. Cuando termina la temporada del 2019, llego a Nuevo Laredo y hablo con Armando Lozano y me ofrecen la oportunidad de manejar a Tecolotes. Yo, ya analizándolo después, fue una decisión muy apresurada. Todavía faltaba un poquito más para ser mánager, pero lo disfruté en su momento, lo poco que duré. Se vino la pandemia del 2020, se canceló todo, hasta el 2021 fue cuando ya manejé a Tecolotes que fueron veinte juegos, tuve muy poca oportunidad. No era el equipo como lo han armado estos últimos años, pero así me tocó en su momento y en Mazatlán fue en el 2021 que me ofrecen como coach de pitcheo primero. Estaba Juan José Pacho de manager, las cosas salen mal al principio de temporada y sin preguntar me dicen que ya estoy como manager. El equipo estaba en último lugar yo creo que se hizo un buen trabajo todo el cuerpo técnico, los muchachos también hicieron un gran esfuerzo para pasar al playoff y ya terminando la temporada a los meses ya me dicen que ya no van a ocupar de mi servicio que ocupaban con gente con más experiencia.”
Ahora con los Charros de Jalisco ¿Cómo te ha ido con el trabajo que están haciendo en las dos ligas?
“Primero quiero agradecer a Íñigo González, al señor José Luis, al señor Juan Carlos, Luis Alberto, Héctor y Miguel, que me dieron la oportunidad para estar trabajando aquí en esta organización. Muy contento y la verdad cada temporada tiene su aprendizaje. Este año que pasó en verano fue una temporada muy difícil por la nueva modalidad de veinte extranjeros, que eran más extranjeros lógicamente que mexicanos y prácticamente te tienes que adaptar a cada sistema de la liga. Le he aprendido mucho a Benjamín Gil en la forma de manejar su equipo. Estoy siempre en la mejor disponibilidad de aprender más y sobre todo de aportar, de aconsejar a los muchachos, a todos los que se presenten para que tengan un buen resultado.”
¿Qué opinas de la manera en que se está manejando en la actualidad el picheo?
“Todo ha estado evolucionando y el béisbol también va evolucionando. Ya ahora la mayoría de los pitchers llegan a una quinta entrada, una sexta entrada, con 90 lanzamientos. Los bateadores hacen mucho contacto, conectan muchos fouls, a veces los conteos largos. En las épocas anteriores, nada más estaba el cerrador o el preparador. Es por eso que los abridores se iban a siete entradas. Ahorita ya desde la sexta hay un plan y te tienes que adaptar. De hecho, si uno de los abridores del equipo llega en la sexta y no están desgastados, con pocos pitcheos va a seguir hasta la séptima o la octava, depende de cómo vaya el juego, cómo le hayan agarrado los turnos también los bateadores, ya va a ser decisión del mánager si lo deja o ya trae un brazo fresco. Ahora, existe información muy detallada, ojalá y esa estadística la hubiéramos tenido años atrás. Pero cada uno en su época. Hay mucha información y lo importante es que el lanzador haga el pitcheo indicado, porque de nada sirve tener tanta información, sabermetría, de acomodar a todo tu infield y outfield si te piden el pitcheo afuera y lo dejas al medio.”
¿Qué rol juega la familia en una carrera como la tuya en el Béisbol?
“Sin el apoyo de la familia, de mis hijas, la mamá de mis hijas, mis papás, mis tíos, mis abuelos, mis amigos no hubiese sido quien soy. Ellos han sido el soporte, el motivo, las pilas, la energía. Hay momentos en que uno está cabizbajo en una temporada difícil y ellos son los que te hacen fuerte y te hacen sacar adelante la temporada. Agradecido con el béisbol, por darnos tanto. A la afición, por los aplausos y también por los abucheos que también te motivan para seguir adelante y sacar la situación.”
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