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Nostalgia

PANCHO GARCÍA: SI VOLVIERA A NACER, VOLVERÍA A SER PELOTERO

Por José E. Tijerina


Hace ya algunos ayeres, mejor dicho algunos años atrás que del Estado de Michoacán, de Ciudad Hidalgo, para ser más exactos, llegó un espigado muchacho con ansias de triunfo y gloria; sus armas eran el Guante y un bat y muchas ganas de jugar béisbol.
Le tocó pertenecer a la Escuela del Tigres, aquella que se fundó para tener un semillero de peloteros mexicanos, y que tras el correr del tiempo dió grandes peloteros y uno de ellos fue Francisco “Pancho” Garcia, un pelotero que tenía en las extremidades inferiores dos motores de retropropulsión.
Tras de las agobiantes pruebas del entrenamiento y de demostrar que si podía con la pelota de la Liga Mexicana, Pancho García, se pudo catalogar como el beisbolista que llegó para quedarse y convertirse en ídolo de la fanaticada capitalina y también en figura consentida del público de provincia.
Pancho ingresó al equipo grande de los Tigres tras de una corta campaña en la Liga Central, y muy pronto, más rápido que sus piernas, estaba Francisco en el orden al bat de los “Bengalíes”.
En sus inicios Pancho demostró tener muchas dificultades para conectarle a la curva. Era frecuente verlo irse con lanzamientos malos, inclusive tirarle a las bolas “piñateras” y como consecuencia los aficionados la comenzaron a tomar con él, en plan de broma, pero al fin y al cabo se metían con Pancho.
Pero Pancho no desmayó, por el contrario, se dedicó más de lleno a los entrenamientos. Era el primero en llegar y el último en irse. Horas tras horas sudaba la camiseta y, fue así, como poco a poco sin carreras ni prisas fue encontrando la forma de batear a los lanzadores de la Liga Mexicana.
Y cuando los batazos de Pancho le permitieron embasarse, ahí fue donde comenzaron las piernas de Francisco Garcia a carburar como pistones e hizo que las preocupaciones de los serpentineros y receptores, cada vez que el “expreso” de Michoacán, estaba en los senderos, se acrecentaran y fue entonces en que surgió uno de los mejores estafadores de bases que recuerda el beisbol nacional y que varios años mantuvo el récord con la fantástica cifra de 57 estafas.
Pero no fueron las piernas de Pancho las únicas que intervinieron para que el pelotero se colocará en la cúspide. ¡No! Pancho contaba con tremendo poder en las “muñecas” que lo mismo hacían que chocará la bola con poder o bien que le hiciera swing y las depositará atrás de las cercas.
Recordamos ese año de 1970, cuando Pancho jugó para los Algodoneros del Unión Laguna, que conectó 27 estacazos de vuelta entera. Y esa cifra es una de las más elevadas para un pelotero mexicano en una campaña y es muy deseable para jugadores extranjeros también.
Ese inicio difícil que tuvo en su carrera, primero en las sucursales de la Liga Central y el trabajo intenso ya en el equipo grande de los Tigres lo convirtió en un gran pelotero, un tremendo toletero y un extraordinario velocista en los senderos.
Durante su trayectoria se desempeño como jardinero y vistió varias franelas en sus 15 años de carrera. Logró su primer título en la Liga Mexicana con los Tigres en la campaña de 1965, también se coronó en 1967 con Charros de Jalisco, y en 1972 lo hizo también con Cafeteros de Córdoba, vistió también la franela de Saltillo, pero su mejor temporada la tuvo en 1970 cuando defendió las paraderas del Unión Laguna. Ese año fue campeon bateador con un tremendo porcentaje de .346, tambien fue líder de imparables de la Liga con 185, de dobles con 44 y redondeo su gran año conectando 27 cuadrangulares y estafandose 57 almohadillas.
Pancho García, cada que saltaba al campo se sentía feliz de la vida correteando en la pradera central y según siempre manifestó que si volviera a nacer, volviería a ser pelotero.

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